Hace un mes, decidí probar algo diferente e inserté mi tarjeta SIM en el Galaxy Z Flip 6, con la intención de hacer una evaluación a largo plazo sobre el formato de teléfono plegable. El objetivo era ver cómo se posiciona el Z Flip 6 con el anuncio de su sucesor, el Galaxy Z Flip 7, y qué tan bien está funcionando este dispositivo.
Lo que no esperaba era que este teléfono cambiaría mis hábitos con el smartphone de una manera que nunca imaginé.
Lo bueno: mi adicción al doomscrolling desapareció
Para los que no conocen el término, el “doomscrolling” es el hábito de desplazarse sin fin por noticias negativas o contenidos estresantes en las redes sociales. Hoy en día, esto va más allá; es una costumbre de desplazarse por todo tipo de contenido, desde videos graciosos de gatos hasta riesgosas acrobacias. Este desplazamiento interminable está relacionado con nuestro sistema de dopamina, que nos recompensa cuando vemos algo interesante, gracioso o incluso negativo. Las redes sociales lo saben y lo aprovechan al máximo, como con la función de desplazamiento infinito que facilita que perdamos la noción del tiempo.
Pero cuando cambié al Galaxy Z Flip 6, sucedió algo sorprendente. Después de solo un par de días, noté que mi hábito de revisar el teléfono cada hora, incluso sin notificaciones, casi desapareció por completo. En lugar de hacerlo por costumbre, solo para recibir un pequeño “kick” de dopamina viendo Instagram, Facebook o Tinder (sí, lo admito, solía deslizarme sin parar), comencé a ser mucho más consciente al usar mi teléfono.
Cómo el Galaxy Z Flip 6 cambió mis hábitos
No solo fue la novedad del dispositivo, aunque eso definitivamente jugó un papel. La pequeña pantalla de cubierta del Z Flip 6 fue un factor clave. Tiene solo 3,4 pulgadas, lo que es muy pequeño en comparación con los estándares actuales. ¿Ver videos? Incomodo. ¿Leer textos? Una tortura. Incluso desbloquear el teléfono desde la pantalla de cubierta es un proceso algo engorroso. No es necesariamente un defecto, pero precisamente este esfuerzo adicional para interactuar con el teléfono fue suficiente para evitar el desplazamiento sin sentido.
Las limitaciones de la pantalla de cubierta hicieron que el Z Flip 6 fuera perfecto para liberarme de la adicción al teléfono. Ya no tenía la tentación de revisar las notificaciones constantemente, porque cada vez que quería usar el teléfono tenía que pensarlo un poco más. Lo que inicialmente parecía un defecto, se convirtió en una característica funcionalmente útil. Aunque la pantalla de cubierta no es ideal para realizar múltiples tareas, me ayudó a evitar el desplazamiento infinito.
¿Qué esperar del Galaxy Z Flip 7?
Ahora que el Galaxy Z Flip 7 está por salir, tengo curiosidad por ver si Samsung mejorará la pantalla de cubierta. Motorola ha estado liderando en este sentido, ofreciendo pantallas más funcionales, y espero que Samsung siga esta tendencia. Planeo repetir este experimento con el Z Flip 7 y el Motorola Razr Ultra para ver si también me ayudan a reducir el tiempo que paso desplazándome por el teléfono.
Conclusión: encontrar el equilibrio
Antes de este experimento, estaba considerando comprar un “teléfono tonto” para hacer una detox digital total. Pero, por mucho que quisiera desconectarme, mi trabajo requiere que esté conectado en cierta medida. El Galaxy Z Flip 6 me dio el equilibrio perfecto. Ofrece las funcionalidades que necesito mientras limita la tentación de desplazarme sin fin. Es el equilibrio ideal y no creo que vuelva a los teléfonos tradicionales pronto.
¿Y tú? ¿Has notado cambios en tus hábitos con el teléfono después de usar un teléfono plegable? ¿Crees que estos dispositivos podrían ser una solución para quienes buscan hacer una detox digital? ¡Comparte tus pensamientos en los comentarios!
1 comentario
¡Te entiendo perfecto! Yo también estaba todo el día con el teléfono, pero el Z Flip 6 me ayudó mucho a reducir eso ✌️