Allá por 2020, Samsung venía con buen ritmo en el mercado de tablets. Las Galaxy Tab S7 y S7+ fueron bien recibidas, con tamaños razonables y potencia de sobra. 
Pero en 2024, la marca parece haber perdido el rumbo por completo, y el nuevo Galaxy Tab S11 Ultra es prueba de eso.
¿Una tablet de 14,6 pulgadas? Es ridículo. No es cómoda, no es portátil y no tiene sentido práctico. Quieren venderla como premium, pero lo único premium es el precio. Y eso sin mencionar que, según los rumores, vendrá con un procesador MediaTek en vez de un Snapdragon.
En un dispositivo llamado “Ultra” y que cuesta más de mil dólares, eso es inaceptable. MediaTek no es malo, pero no es lo que uno espera en un tope de gama. Si el Galaxy S25 viniera con MediaTek, todo el mundo lo criticaría. ¿Por qué con la tablet tendría que ser diferente?
Lo peor es que Samsung ni siquiera ofrece una versión estándar o Plus este año. Saltaron el Tab S10, y ahora parece que también el S11 Plus. Sólo tenemos esta versión gigante, incómoda y con especificaciones que no convencen.
Mientras tanto, Apple lo hace simple: tamaños definidos, chips potentes y diseño coherente. Samsung, en cambio, lanza experimentos sin sentido. Y sí, la molesta muesca sigue ahí. ¿Quién pidió eso?
El mercado de tablets necesita opciones equilibradas, no monstruos de casi 15 pulgadas con hardware cuestionable. Samsung debería enfocarse en lo que realmente quieren los usuarios, no en lo que suena “grande” en el papel.