En Nintendo la prioridad siempre ha sido la jugabilidad. Según el veterano programador Ken Watanabe, esa filosofía explica por qué la compañía casi no necesita inventar nuevas franquicias: cualquier idea fresca puede encajar fácilmente en los universos que ya existen.
Con un catálogo lleno de clásicos como Mario, Zelda, Animal Crossing o Fire Emblem, la empresa tiene más que suficiente para experimentar sin empezar desde cero.
Watanabe, que participó en New Super Mario Bros. Wii, Pikmin 3 y en el nacimiento de Splatoon – una de las pocas IP originales de la era moderna de Nintendo – , explicó que el proceso es directo: primero se crea la mecánica, después se busca el “envoltorio” que mejor se adapte. Así, la innovación llega al público dentro de un mundo que ya reconoce y aprecia.
Un ejemplo claro es Splatoon. Hace diez años introdujo un shooter competitivo con estilo colorido, algo que Nintendo nunca había tenido. Hoy la saga sigue creciendo con Splatoon Raiders, un spin-off que apuesta más por la aventura. Si se hubiera lanzado como una IP nueva, habría costado mucho atraer jugadores; con la marca Splatoon, en cambio, la atención está asegurada desde el primer día.
Este patrón se repite en otros géneros. ¿Para qué crear un nuevo juego de combates espaciales si ya existe Star Fox? ¿Por qué invertir en otra saga de carreras cuando todavía hay fans que sueñan con F-Zero? Como resume Watanabe: “Las nuevas franquicias no aparecen simplemente porque no hay una necesidad real de hacerlas”.
Aun así, Nintendo no ha perdido su espíritu experimental. El reciente Drag x Drive, un título de baloncesto en silla de ruedas para la Switch 2 que aprovecha al máximo los controles de movimiento, demuestra que todavía hay espacio para propuestas que no encajan en ninguna serie existente. Son apuestas arriesgadas, pero también excepcionales.
Algunos comparan esta estrategia con la de Disney: explotar la nostalgia y las marcas conocidas que los millennials, criados en los años 80 y 90, siguen consumiendo con entusiasmo. Otros, en cambio, recuerdan que Nintendo se reinventa constantemente. Juegos como Breath of the Wild o Ring Fit Adventure son pruebas claras de que la compañía no teme arriesgarse. Para muchos jugadores lo importante no es el nombre en la caja, sino la experiencia única que solo Nintendo sabe ofrecer.
Las palabras de Watanabe reflejan bien la filosofía de la compañía: primero el gameplay, luego la etiqueta. Con un arsenal de franquicias amadas en todo el mundo, Nintendo no siente presión por lanzar nuevas marcas. Su magia nunca estuvo en los títulos, sino en la forma de jugar.