Apple se prepara para sacudir el mercado de los auriculares con un movimiento inédito: lanzar dos versiones distintas de los AirPods Pro 3. Según filtraciones recientes y reportes de analistas, la compañía de Cupertino presentará un modelo estándar en 2025 junto con el iPhone 17, mientras que una versión más avanzada y experimental llegaría en 2026. 
Este paso no solo busca mejorar la calidad de sonido o el diseño, sino redefinir el papel de los AirPods dentro del ecosistema de Apple.
El modelo de 2025 estará enfocado en mejoras concretas para el usuario promedio. Vendrá equipado con el nuevo chip H3, que promete mayor rendimiento, conexiones más estables y mejor integración con iOS. También incluirá un estuche de carga rediseñado, controles táctiles capacitivos más sensibles y sensores de salud capaces de medir la temperatura corporal y el ritmo cardíaco. Con esto, Apple refuerza su estrategia de convertir sus dispositivos en aliados de bienestar, complementando funciones que ya ofrece el Apple Watch.
La edición premium de 2026, en cambio, apunta más alto. Se rumorea que cada auricular integrará una diminuta cámara infrarroja que permitirá controlar funciones con gestos en el aire, eliminando la necesidad de tocar físicamente los auriculares. Esta característica no solo aumentaría la comodidad, sino que también abriría la puerta a una integración más profunda con visionOS, el sistema con el que Apple quiere conectar audio, realidad aumentada y experiencias espaciales. La compañía ya ha demostrado en el pasado su capacidad de convertir innovaciones arriesgadas en estándares de la industria, como lo hizo con la pantalla multitáctil del iPhone o la corona digital del Apple Watch.
La decisión de dividir los AirPods Pro 3 en dos versiones muestra una nueva filosofía de producto. En lugar de buscar un único modelo que lo haga todo, Apple apuesta por un lanzamiento escalonado: la versión estándar de 2025 aportará mejoras palpables y útiles, mientras que la variante de 2026 servirá como banco de pruebas para tecnologías futuristas. Esta estrategia permite mantener actualizada la gama sin retrasar la llegada de funciones clave, al tiempo que se experimenta con ideas más disruptivas.
El gran interrogante está en cómo reaccionarán los consumidores. La versión de 2025 será juzgada por la calidad de audio y la fiabilidad de sus sensores de salud, mientras que la de 2026 podría ser vista como una revolución o un capricho, dependiendo de qué tan natural y preciso resulte el control por gestos. Lo que está claro es que Apple ya no concibe los AirPods como simples accesorios: su visión apunta a que se conviertan en piezas centrales de un ecosistema donde se mezclan salud, comodidad y nuevas formas de interacción tecnológica.
Con los AirPods Pro 3, Apple deja claro que los auriculares ya no son solo para escuchar música o contestar llamadas, sino que están llamados a ser un puente hacia la próxima generación de experiencias digitales.
1 comentario
parece demasiado futurista para unos auriculares