La jugada arriesgada de Apple: por qué el iPhone Air puede eclipsar al iPhone 17 Pro
Tras meses de filtraciones y rumores, Apple finalmente presentó la familia iPhone 17. Como era de esperar, los modelos Pro y Pro Max llegaron con un módulo de cámara trasera enorme y mejoras técnicas de primer nivel. Sin embargo, lo que más revuelo causó no fue el hardware, sino una decisión de diseño que pone al nuevo iPhone Air en el centro de la conversación.
Durante años, la estrategia fue clara: los modelos Pro se vendían como la opción definitiva para profesionales y entusiastas, mientras que las versiones más económicas quedaban como un “mal menor” para el resto. Con el iPhone Air, Apple rompe ese esquema. El Air es más delgado, más ligero y más barato que el iPhone 17 Pro, pero ofrece casi lo mismo: mismo procesador, misma memoria RAM, pantalla con ProMotion y un rendimiento fluido. El único punto flojo: la batería, que dura menos que la de los Pro, aunque la compañía insiste en que alcanza para “todo el día”.
El movimiento más polémico fue eliminar el color negro de la línea iPhone 17 Pro. Para muchísimos usuarios, el negro siempre ha sido la elección más elegante, seria y atemporal. En el pasado Apple ofrecía variantes como “Gris Espacial” o “Grafito”, que se acercaban bastante. Pero esta vez no hay sustituto real. En su lugar, el Pro llega en azul profundo, plateado y naranja. Y aquí está el giro: el modelo que sí incluye negro es el iPhone Air.
Algunos podrían pensar que da igual, porque la mayoría de la gente termina usando funda. Pero Apple entiende que el color no es un simple adorno: transmite identidad y estilo. Al quitar el negro de los Pro y reservarlo para el Air, la marca lanza un mensaje sutil: el modelo más barato puede ser también el más atractivo. Es una táctica parecida a la del MacBook Air, que pasó de ser recibido con escepticismo a convertirse en el portátil más vendido de la compañía.
El resultado es que el iPhone Air deja de ser visto como una alternativa recortada y se coloca frente a frente con los Pro. A igualdad de procesador y pantalla, costando 100 dólares menos y encima disponible en negro, se convierte en la elección lógica para la mayoría. Porque seamos realistas: para redes sociales, fotos casuales y uso diario, la cámara del Air es más que suficiente. Solo los usuarios más exigentes – fotógrafos, creadores de contenido o quienes priorizan la batería más grande – sacarán verdadero provecho del Pro.
Todo apunta a que Apple quiere que el Air sea el nuevo estándar de la gama. Los Pro, en cambio, quedarían como modelos de nicho para quienes buscan lo máximo sin importar el precio. Es un cambio estratégico que podría redibujar la forma en que entendemos la oferta de Apple. Y con la llegada futura de baterías de silicio, el único punto débil del Air desaparecerá, volviéndolo prácticamente redondo.
Si miramos alrededor, la jugada cobra más sentido. El Galaxy S25 Edge de Samsung fracasó en ventas a pesar de su diseño arriesgado, y las filtraciones del Galaxy S26 Ultra apuntan a un dispositivo pesado y poco elegante. En contraste, el iPhone Air aparece como una alternativa ligera, potente y con más estilo, justo lo que muchos usuarios buscan.
El azul profundo del iPhone 17 Pro puede llamar la atención, pero el Air en negro, más fino y más ligero, transmite otra cosa: elegancia y discreción. Apple siempre ha sabido jugar con la psicología del consumidor, y esta vez no fue la excepción. Puede que el iPhone Air termine siendo el verdadero protagonista, mientras que los Pro se quedan solo para quienes necesitan cada último detalle de gama alta.
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El azul está bien, pero el negro siempre manda