Durante años, Hollywood apostó fuerte por el arquetipo del héroe oscuro y atormentado. Christian Bale marcó esa línea con su Batman intenso y sombrío, mientras que Robert Pattinson se hizo mundialmente conocido por su Edward Cullen melancólico en Crepúsculo. Sin embargo, según comentó el actor de Twisters, Glen Powell, todo cambió en 2014 cuando Chris Pratt apareció como Peter Quill, alias Star-Lord, en Guardianes de la Galaxia.
Para Powell, ese papel redefinió lo que significa ser protagonista masculino en el cine de gran escala.
En entrevista con GQ, Powell recordó el impacto: “No hay duda de que ayudó mucho – precisamente por no ser sombrío ni trágico.” Pratt trajo un aire fresco, con humor, ligereza y un toque casi payaso que rompía con la tendencia del héroe serio. Para Powell, que se siente más cómodo en ese registro, la irrupción de Pratt fue una confirmación de que Hollywood también necesita ese sabor más ligero que no todos saben ofrecer de forma auténtica.
Lo sorprendente fue que nadie lo veía venir. Pratt era conocido principalmente por su rol cómico de Andy Dwyer en Parks and Recreation. Nadie esperaba que se transformara en líder de una superproducción Marvel. Pero en lugar de copiar la gravedad de Bale o el dramatismo de Pattinson, apostó por chistes, bailes ridículos y autocrítica, lo que terminó encantando al público. Guardianes de la Galaxia se convirtió en un éxito global y catapultó a Pratt a la élite de Hollywood.
Claro que no todos creen que él haya inventado este estilo. Muchos señalan que Robert Downey Jr. ya había abierto el camino con su Tony Stark en Iron Man (2008), con un tono descarado e irónico. Y mucho antes, actores como Robin Williams o Tom Hanks demostraban que un protagonista carismático y divertido también podía sostener una película. Aun así, el momento en que apareció Pratt – en plena moda de superhéroes oscuros – lo convirtió en un punto de quiebre.
El futuro de Pratt en la franquicia Marvel todavía es incierto. Su nombre no figuró en el anuncio inicial de Vengadores: Juicio Final, a lo que él reaccionó bromeando con que seguramente “cortaron su silla del cuadro”. Sea como sea, su huella ya quedó marcada: Star-Lord abrió la puerta a un nuevo tipo de masculinidad en Hollywood.
Mientras tanto, Glen Powell sigue escalando. Tras Twisters, encabezará la nueva versión de The Running Man, dirigida por Edgar Wright, cuyo estreno está previsto para el 14 de noviembre. Powell parece decidido a heredar y actualizar ese espíritu alegre y encantador que Pratt ayudó a consolidar.