Durante años Apple defendió a capa y espada que sus MacBooks no necesitaban pantallas táctiles, argumentando que esa función ya estaba cubierta por el iPad.
Pero según el analista Ming-Chi Kuo, la compañía está lista para dar un giro histórico: el primer MacBook Pro con OLED y pantalla táctil llegaría en 2026.
De acuerdo con Kuo, el dispositivo usará paneles OLED fabricados por Samsung con tecnología on-cell touch, lo que significa que los sensores táctiles estarán integrados directamente en la pantalla. Esta solución hace el equipo más delgado, con mejor respuesta al tacto y una reproducción de color más precisa. La producción en masa comenzaría a finales de 2026, lo que apunta a un lanzamiento en ese mismo periodo.
¿Por qué ahora? Apple ha estudiado durante años cómo los usuarios emplean el iPad, y descubrió que muchos lo convierten en una herramienta de trabajo con teclado. En ciertos casos – como diseño, edición de video o navegación rápida – el toque directo en pantalla facilita la productividad. La vieja preocupación de que un Mac con táctil robe ventas al iPad ya no parece ser un obstáculo. Más bien, Apple apuesta por una relación complementaria entre ambos productos.
Lo que todavía no sabemos es si la empresa irá más allá: ¿veremos un MacBook con bisagra de 360° que se convierta en tablet? ¿Tendrá soporte para Apple Pencil? Son incógnitas, pero considerando lo que ofrecen competidores como Microsoft Surface o Samsung Galaxy Book, no resultaría extraño.
En paralelo, Apple también prepara un MacBook de entrada con chip A18 Pro (el mismo del iPhone 16 Pro) y un precio cercano a los 700 dólares. Esa primera versión no tendrá pantalla táctil, aunque Kuo afirma que para la segunda generación – prevista en 2027 – se está evaluando añadir esta función. Esto refuerza la idea de que, a mediano plazo, el tacto podría convertirse en estándar en toda la gama, no solo en los modelos Pro.
Así, Apple se suma finalmente a la tendencia global: los portátiles evolucionan hacia híbridos entre PC y tablet. Y aunque la compañía llegue tarde, la historia muestra que cuando adopta una tecnología, suele redefinir la categoría.