Apple se ha llevado una sorpresa con su nueva generación de iPhones: el gran protagonista no es el Pro ni el Pro Max, sino el modelo básico, el iPhone 17. La demanda ha superado todas las previsiones y la compañía se ha visto obligada a pedir a sus proveedores un aumento inmediato en la producción.
Un ensamblador en China recibió la orden de subir su capacidad diaria en un 40%, mientras que otro proveedor de piezas incrementará un 30%.
Tradicionalmente, los modelos Pro son los que más ingresos dejan a la compañía gracias a sus márgenes y a funciones exclusivas. Sin embargo, este año el iPhone 17 estándar está robando el protagonismo. Apple le ha dado mejoras que antes solo se encontraban en las versiones premium, manteniendo el precio de entrada en 799 dólares.
El iPhone 17 ahora incluye una pantalla ProMotion de 120Hz, modo Always-On y 256 GB de almacenamiento de base. Esto era impensable hace un par de años para un modelo normal. Frente al iPhone 17 Pro, que parte de los 1.099 dólares, la comparación es inevitable: mismas especificaciones clave en pantalla y memoria, pero por 300 dólares menos. Sí, el Pro añade otra cámara y un diseño más sofisticado, pero para muchos usuarios no compensa la diferencia de precio.
Las operadoras están aprovechando el momento con promociones agresivas. Verizon, por ejemplo, ofrece el iPhone 17 a 0 dólares al mes en planes Unlimited. El iPhone Air, el más delgado de la familia, también tiene ofertas similares, aunque exige activación de línea nueva y entrega de un dispositivo antiguo. Aun así, es el modelo estándar el que está marcando récords de venta.
En los planes iniciales de Apple, el 65% de la producción estaba destinada a los Pro, el 25% al iPhone 17 y el 10% al Air. Con la realidad actual, esa distribución ya no refleja lo que quiere el mercado. Si no ajusta, la compañía corre el riesgo de no poder cubrir la demanda de su modelo más popular.
La comparación con Samsung no tarda en llegar: el Galaxy Z Fold 7 se vendió con fuerza en Europa después de que la marca coreana ofreciera mejoras reales. Apple vive algo parecido, pero con una estrategia distinta: dar al modelo base funciones de gama alta que antes eran exclusivas. El resultado es que el Pro ha perdido parte de su atractivo.
Obviamente, el iPhone 17 Pro sigue teniendo su público: un cuerpo unibody de metal, sistema de refrigeración con cámara de vapor y cámaras adicionales para los más exigentes. Para quienes buscan lo máximo en tecnología, sigue siendo la opción. Pero para la mayoría de usuarios, el iPhone 17 básico ya no se siente como una versión recortada, sino como un verdadero flagship a precio más accesible. Eso puede redefinir la forma en que Apple estructura su gama en el futuro.
Lo cierto es que nadie esperaba que el iPhone 17 normal fuera el gran éxito de la temporada. Pero con fábricas a plena marcha y ventas disparadas, se ha convertido en el gran protagonista del año.