OpenAI ha lanzado ChatGPT Pulse, una función que promete cambiar la manera en que empezamos el día. 
En lugar de abrir el correo, revisar el calendario y saltar de aplicación en aplicación al despertar, Pulse se encarga de hacerlo por ti mientras duermes, preparando un informe personalizado para la mañana.
De momento, la novedad llega primero a los usuarios Pro en dispositivos móviles. La información se presenta en tarjetas deslizable: puedes hojearlas rápidamente o tocar para ver más detalles. Así, al despertar, puedes encontrarte con un recordatorio de cumpleaños, una recomendación de restaurante para el fin de semana o incluso una agenda de reunión ya estructurada gracias a la integración con Gmail y Google Calendar.
La clave está en cómo aprende Pulse. Cada noche analiza tu historial de chats, tus reacciones a sugerencias anteriores y el feedback que le das para crear un nuevo paquete de actualizaciones. Estas duran solo 24 horas, a menos que decidas guardarlas o continuar la conversación. De esta forma, el contenido se mantiene siempre actualizado y no se convierte en una pila de datos obsoletos.
OpenAI asegura que todas las actualizaciones pasan por filtros de seguridad antes de llegar al usuario. La intención es garantizar que no aparezca contenido inapropiado ni violaciones de políticas, algo crucial si consideramos que Pulse puede acceder a datos sensibles como correos electrónicos, calendarios y conversaciones.
Más allá de lo práctico, Pulse refleja la dirección en la que avanzan las grandes tecnológicas. ChatGPT deja de ser un asistente pasivo para convertirse en un agente proactivo que anticipa tus necesidades. Google, Microsoft, Meta, Amazon y Anthropic trabajan en proyectos similares. La meta es clara: asistentes que gestionen tareas diarias – como reservar viajes, preparar presentaciones o comprar regalos – sin necesidad de que el usuario lo pida directamente.
Pero esta conveniencia trae consigo dudas legítimas. Para funcionar, Pulse necesita acceso a más datos: historial de conversaciones, correos electrónicos y agenda. Eso lo hace más útil, pero también aumenta la dependencia y la cesión de control a un sistema externo. El equilibrio entre comodidad y privacidad se vuelve cada vez más delicado.
En definitiva, ChatGPT Pulse inaugura una nueva etapa en la relación con la inteligencia artificial. Para algunos será un aliado imprescindible que organiza el día; para otros, una señal de alarma sobre la creciente pérdida de autonomía. Lo que está claro es que OpenAI ha dado un paso firme hacia un futuro en el que los asistentes ya no esperan tus órdenes, sino que empiezan a tomar la iniciativa en tu vida diaria.