iPhone Air 2025: el iPhone más delgado de Apple, un lujo de 1000 dólares con demasiados recortes
Apple volvió a acaparar titulares en 2025 con el lanzamiento del iPhone Air, el teléfono más fino y ligero que la compañía ha fabricado hasta ahora. Con apenas 5,6 mm de grosor y un peso de 165 gramos, parece más un prototipo futurista que un dispositivo listo para el mercado. Al tomarlo en la mano en una Apple Store, la sensación es casi irreal: esbelto, elegante, ligero como una pluma. El problema es que ese efecto wow desaparece en cuanto se usa en la vida real.
Y es que, por más que deslumbre en diseño, este iPhone no cumple con lo que se espera de un móvil de 1000 dólares. Una vez que empiezas a sacar fotos, ver vídeos o escuchar música, las limitaciones se hacen evidentes. El Air no se siente como un teléfono de uso diario, sino como un accesorio de moda de alto precio.
El diseño como prioridad absoluta
Desde el punto de vista de ingeniería, el iPhone Air es una hazaña. Ningún otro fabricante ha conseguido un smartphone tan delgado sin sacrificar materiales premium como el titanio y el vidrio. Al lado suyo, los modelos de Samsung, Xiaomi o Google parecen torpes. En términos de estética, es innegable: el Air es un objeto de deseo.
Pero detrás de ese diseño extremo se esconden compromisos duros. Para llegar a ese grosor ridículo, Apple recortó características que en 2025 deberían ser estándar. Y lo que se gana en ligereza se pierde en funcionalidad.
Una sola cámara trasera en 2025 es inaceptable
La polémica principal gira en torno a la cámara. En un smartphone de 1000 dólares, al menos se esperan dos lentes. Incluso el iPhone 17 básico tiene dos, al igual que el Galaxy S25 Edge. El Air, en cambio, trae únicamente una lente principal. Nada de gran angular ni teleobjetivo. Para usuarios acostumbrados a la versatilidad, esto es un retroceso enorme.
Las pruebas lo demuestran: 126 puntos en fotografía y 122 en vídeo. Frente a los 150/145 del iPhone 17 y los 140/134 del Galaxy S25 Edge, la diferencia es clara. Apple intentó compensar con una nueva cámara frontal con sensor cuadrado, pensada para selfies horizontales mientras se sostiene el móvil en vertical. Una curiosidad simpática, sí, pero insuficiente para justificar semejante carencia.
Audio pobre en un teléfono premium
El segundo gran fallo es el sonido. El iPhone Air tiene un único altavoz mono. En 2025, hasta los gama media ofrecen estéreo. El resultado: audio bajo, sin graves ni profundidad, que arruina la experiencia al ver series o escuchar música. Y como si fuera poco, la vibración también es menos refinada que en los modelos Pro. Al final, lo que se vende como premium termina sonando barato.
Batería decente, carga lenta
Donde sí sorprende es en autonomía. Con una batería de 3149 mAh, muchos pensaban que sería un desastre. Pero en las pruebas duró 6 horas y 43 minutos, superando al Galaxy S25 Edge (6h22min) e igualando casi al iPhone 17. La explicación es sencilla: al tener menos componentes que consuman energía, rinde más de lo esperado.
El problema regresa al momento de cargar. El Air está limitado a 20W, contra 40W del iPhone 17 y 25W del Galaxy S25 Edge. En números concretos: 1h36min para cargar al 100%, frente a 1h16min del iPhone 17. No es un desastre, pero sí decepcionante en este rango de precio.
Un chip potente atrapado en un cuerpo frágil
Apple incluyó el chip A19 Pro en el Air, prácticamente el mismo del iPhone 17. En benchmarks vuela: 3500 puntos en single-core y 8836 en multi-core. Pero aquí aparece otro problema: el calor. Sin sistema avanzado de refrigeración y con un cuerpo de titanio que retiene la temperatura, el Air se sobrecalienta y reduce rendimiento rápidamente. En redes sociales o navegación va perfecto, pero en juegos o edición de vídeo se queda corto.
Un objeto de vitrina más que un móvil real
En definitiva, el iPhone Air es un dispositivo que brilla bajo los focos de la tienda, pero decepciona en el uso cotidiano. Carga lenta, audio pobre, cámara recortada y problemas de calor lo convierten en un smartphone más de postureo que de trabajo. Es, en esencia, un capricho de diseño.
El contraste está justo al lado: el iPhone 17. Menos llamativo, 200 dólares más barato, con dos cámaras, sonido estéreo, carga más rápida y un equilibrio general mucho mejor. Si lo que se busca es un móvil práctico, el Air pierde por goleada.
El error de los 1000 dólares
No cabe duda de que el iPhone Air venderá bien al inicio. El marketing de Apple es demasiado fuerte. Pero en el mediano plazo, muchos se arrepentirán y lo venderán en el mercado de segunda mano, donde el precio caerá rápido. Además, solo admite eSIM en todo el mundo, lo que complica a quienes aún dependen de la SIM física.
Conclusión: el iPhone Air es bonito de mirar, incluso agradable de tener en la mano, pero en la práctica es una compra arriesgada. Si lo que quieres es un smartphone completo y duradero, el iPhone 17 es la mejor elección. El Air, en cambio, quedará en la historia como el experimento más caro de Apple.