Qualcomm ha proclamado una «victoria total» en su largo enfrentamiento legal con Arm, iniciado en 2022. El conflicto comenzó tras la compra de la startup Nuvia por parte de Qualcomm, especializada en el diseño de núcleos de CPU de alto rendimiento.
Arm sostenía que Qualcomm no podía usar la tecnología de Nuvia bajo su licencia existente y presentó una demanda por incumplimiento de contrato.
Después de años de idas y vueltas judiciales, el caso llega a un desenlace definitivo. Un tribunal federal en Delaware desestimó la última reclamación pendiente de Arm, fallando a favor de Qualcomm y Nuvia. Este veredicto reafirma la decisión de diciembre de 2024, cuando un jurado dictaminó por unanimidad que Qualcomm no había infringido el acuerdo con Arm y que los diseños adquiridos con Nuvia estaban cubiertos por la licencia de Qualcomm. Además, el tribunal rechazó la petición de Arm de iniciar un nuevo juicio.
Para Qualcomm, este resultado significa mucho más que ganar un pleito. La compañía lo presenta como una confirmación de su derecho a innovar y avanzar en el desarrollo de procesadores personalizados sin temer obstáculos legales. En un comunicado, subrayó que esta victoria refuerza su capacidad para impulsar tecnologías que marcarán el futuro de los móviles, PCs y centros de datos.
Sin embargo, la batalla entre ambos gigantes no ha terminado del todo. Qualcomm mantiene su propia demanda contra Arm, acusándola de incumplir acuerdos, interferir con clientes y favorecer sus propios productos por encima de los de sus socios. Es decir, la guerra legal podría seguir dando titulares.
Analistas remarcan la ironía: Arm intentó limitar el margen de acción de Qualcomm, pero la jugada acabó fortaleciendo la independencia de su rival. En esta «pulseada» tecnológica, quien salió con más fuerza fue Qualcomm.