Samsung vuelve a estar en el centro de la conversación tecnológica: según rumores de la industria, la compañía mantiene en marcha la producción de prueba del Snapdragon 8 Elite Gen 5 utilizando su avanzado proceso de 2nm GAA (Gate-All-Around).
Qualcomm ya confirmó de forma oficial que su nuevo chip insignia será fabricado en masa por TSMC bajo el nodo de 3nm “N3P”, pero las filtraciones apuntan a que también habría una variante salida de las fábricas surcoreanas.
Lo llamativo es que hace apenas unos meses se decía que Qualcomm había roto con Samsung como socio de fundición, frustrada por los bajos rendimientos y la falta de estabilidad en los chips. Sin embargo, las cosas parecen mejorar. El nuevo Exynos 2600, diseñado por Samsung, ya entró en producción a gran escala y logró subir la tasa de chips válidos del 30% al 50%. Puede sonar modesto, pero en la industria de semiconductores cada salto porcentual representa un avance considerable.
Aun así, para Qualcomm ese 50% sigue siendo insuficiente. En términos simples: de cada diez chips fabricados, cinco son inservibles. A nivel financiero, eso es insostenible. Expertos aseguran que la compañía estadounidense solo se comprometería con Samsung si logra demostrar al menos un 70% de rendimiento estable
. Hasta entonces, la producción se limita a lotes de prueba que funcionan más como demostración tecnológica que como suministro real.
De acuerdo con el filtrador @Jukanlosreve, Qualcomm no ha cancelado sus pedidos de prueba con Samsung. Es más, se habla de que esta versión especial del Snapdragon 8 Elite Gen 5 podría debutar exclusivamente en el Galaxy Z Flip 8. Mientras tanto, los chips fabricados por TSMC estarían destinados al Galaxy Z Fold 8 y a toda la serie Galaxy S26. De confirmarse, Samsung estaría usando su propio plegable como escaparate para exhibir su capacidad en procesos de última generación.
La estrategia de diversificar proveedores no es nueva en la industria de chips. Permite reducir riesgos, evitar cuellos de botella y negociar en mejores condiciones con las fundiciones. Pero también pone de relieve la fragilidad del sector: unos pocos puntos de diferencia en los rendimientos pueden definir el destino de productos multimillonarios.
Para Samsung, conseguir que aunque sea un único dispositivo incorpore el Snapdragon 8 Elite Gen 5 hecho en casa sería una victoria simbólica. La empresa lleva años a la zaga de TSMC, pero la tecnología GAA – diseñada para reducir fugas eléctricas y mejorar la eficiencia energética – podría darle la oportunidad de volver a competir de tú a tú. El gran reto será escalar esa innovación con resultados fiables en volumen.
Por supuesto, todo esto aún es especulación y conviene tomarlo con cautela. Sin embargo, el mensaje es claro: la carrera por dominar los nodos más avanzados se intensifica, y cada avance podría redefinir el futuro de la computación móvil.