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Taylor Swift convierte el cine en un show mientras The Rock sufre un fracaso histórico

por ytools
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Taylor Swift volvió a demostrar que no hay quien le quite el trono del entretenimiento global. Su nueva película, “Taylor Swift: The Official Release Party of a Showgirl”, arrasó en la taquilla mundial con 46 millones de dólares (33 millones en EE.UU.
Taylor Swift convierte el cine en un show mientras The Rock sufre un fracaso histórico
y 13 millones en el resto del mundo). Más que una simple proyección, fue una auténtica fiesta pop: la cadena AMC incluso permitió que los fans cantaran, bailaran y se sintieran parte del show. Swift logró lo que pocos artistas consiguen: transformar una función de cine en una experiencia colectiva.

El filme combina escenas detrás de cámaras, actuaciones en vivo, reflexiones personales y la presentación del tema principal “The Fate of Ophelia”. Más que una película, es un evento cultural que celebra el lanzamiento de su nuevo álbum, “The Life of a Showgirl”. El proyecto sigue la línea de su éxito anterior, “The Eras Tour”, que recaudó más de 93 millones en 2023. Con solo tres días en cartelera – del 3 al 5 de octubre – , la cinta se convirtió en un fenómeno efímero, pero poderoso, alimentado por el fervor de sus fans, los llamados Swifties.

Mientras tanto, Dwayne “The Rock” Johnson no tuvo la misma suerte. Su película “The Smashing Machine”, producida por A24, resultó ser un golpe bajo: apenas 6 millones de dólares en la taquilla estadounidense. La cinta, donde interpreta al luchador de MMA Mark Kerr, pretendía ser su papel más serio, incluso con aspiraciones al Oscar. Pero la audiencia no respondió. IGN le dio un 7/10, destacando que “lanza golpes fuertes, pero no logra el nocaut”. Con un presupuesto de 50 millones más la promoción, el resultado fue un desastre financiero. Para Johnson, que solía garantizar éxitos de taquilla, este tropiezo es uno de los más duros de su carrera.

La diferencia entre Swift y Johnson refleja el cambio en el público moderno: la gente ya no va al cine solo por las estrellas, sino por la experiencia. The Smashing Machine era una película seria, sin el brillo ni la conexión emocional que hoy busca la audiencia. En cambio, el filme de Swift ofrecía comunidad, emoción y espectáculo, tres ingredientes que, en tiempos de streaming, son la única forma de llenar salas.

Por otro lado, Leonardo DiCaprio también tuvo su momento con “One Battle After Another”, dirigida por Paul Thomas Anderson, que ya superó los 100 millones en recaudación global, convirtiéndose en la película más taquillera del director, por encima de “Petróleo Sangriento” (2007). Aun así, con un presupuesto de unos 300 millones, sigue siendo un reto recuperar la inversión. En cambio, James Cameron volvió a dominar las pantallas con la reemisión de “Avatar: El camino del agua”, que añadió otros 10 millones a su total y ofreció un vistazo exclusivo de su secuela, “Avatar: Fire and Ash”. Con más de 2,32 mil millones acumulados, sigue siendo la tercera película más taquillera de la historia. Este fin de semana dejó claro que el cine, para sobrevivir, necesita más pasión que músculo.

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