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Intel presenta la GPU Crescent Island con arquitectura Xe3P y 160 GB de LPDDR5X para inferencia de IA

por ytools
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Intel ha presentado oficialmente su nueva GPU para centros de datos enfocada en inteligencia artificial: la Crescent Island. Este procesador gráfico, basado en la arquitectura de nueva generación Xe3P, representa un cambio de rumbo importante en la estrategia de la compañía.
Intel presenta la GPU Crescent Island con arquitectura Xe3P y 160 GB de LPDDR5X para inferencia de IA
En lugar de competir directamente con la potencia bruta de NVIDIA y AMD, Intel apuesta por la eficiencia, la optimización energética y una relación costo-rendimiento más equilibrada, ideal para cargas de trabajo de inferencia de IA.

La GPU Crescent Island fue mostrada por primera vez durante el Intel Tech Tour 2025 y está construida sobre la arquitectura Xe3P, una evolución de la línea Xe3 utilizada en las GPUs Arc. A diferencia de generaciones anteriores, esta nueva arquitectura está pensada para escalar desde chips gráficos integrados en portátiles hasta potentes aceleradores de IA para centros de datos. La meta de Intel es ofrecer una base unificada que permita a los desarrolladores trabajar en un mismo entorno, tanto en dispositivos cliente como en servidores de gran escala.

Uno de los puntos más destacados del nuevo chip es su impresionante capacidad de memoria: 160 GB de LPDDR5X. En lugar de recurrir a memorias HBM3E o HBM4 – más rápidas pero mucho más caras y difíciles de conseguir – , Intel ha optado por una solución más práctica y accesible. La LPDDR5X ofrece una excelente combinación de ancho de banda, consumo y costo, lo que convierte a Crescent Island en una propuesta más viable para empresas que buscan equilibrar rendimiento y presupuesto sin comprometer la eficiencia.

Otro aspecto clave es su diseño optimizado para servidores con refrigeración por aire. En un mercado donde muchas GPUs de IA requieren sistemas de enfriamiento líquido costosos, Intel propone un enfoque más simple y económico. Esta decisión reduce considerablemente los gastos de implementación y mantenimiento, haciendo que la Crescent Island sea ideal para entornos empresariales que necesitan escalar sus infraestructuras de IA sin rediseñar todo su hardware.

La GPU también admite una amplia gama de tipos de datos, lo que la hace especialmente atractiva para servicios modernos como “tokens-as-a-service”, modelos de lenguaje y análisis en tiempo real. Esta flexibilidad permite que Crescent Island se adapte fácilmente a distintos flujos de trabajo de IA, desde inferencias ligeras hasta cargas intensivas en producción.

En el ámbito del software, Intel sigue avanzando con su ecosistema abierto y unificado de IA, que busca integrar diferentes tipos de hardware bajo una misma plataforma de desarrollo. Actualmente, este stack se está probando en las GPUs Arc Pro B-Series, lo que facilitará la transición hacia Crescent Island una vez que esté disponible comercialmente. Con ello, los desarrolladores podrán aprovechar optimizaciones tempranas sin reescribir su código desde cero.

Intel ha confirmado que las primeras muestras para clientes estarán disponibles en la segunda mitad de 2026. Con Crescent Island, la compañía apunta a ocupar el espacio intermedio entre los aceleradores de gama alta de precio prohibitivo y las opciones más básicas. Su gran capacidad de memoria, bajo consumo y diseño eficiente la posicionan como una alternativa sólida para empresas que buscan rendimiento sin excesos.

Mientras NVIDIA y AMD continúan empujando los límites con sus costosas GPUs basadas en HBM, Intel elige un camino diferente: la eficiencia práctica. Si logra cumplir sus promesas, Crescent Island podría convertirse en el movimiento más inteligente de Intel en el mercado de la inteligencia artificial en los últimos años.

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