En 2025, Louis Vuitton revive una de las piezas más curiosas y emblemáticas de su historia relojera: el “Monterey”. Lejos de ser una simple reedición nostálgica, esta nueva versión rinde homenaje al espíritu innovador del modelo original de 1988, el primer reloj de pulsera que llevó el nombre de la maison francesa.
Limitado a 188 unidades y fabricado en oro amarillo macizo de 18 quilates, el nuevo Monterey es un tributo al diseño atrevido, la precisión mecánica y el arte artesanal que definen la alta relojería contemporánea.
El origen del mito: los LV I y LV II de 1988
La historia del Monterey comienza en 1988, cuando Louis Vuitton decidió aventurarse en el mundo de los relojes. Los modelos LV I y LV II, diseñados por la arquitecta italiana Gae Aulenti, marcaron un inicio peculiar: cajas redondeadas sin asas, corona colocada a las 12 horas y movimientos de cuarzo multifuncionales. El LV I (de 40 mm) ofrecía hora local, hora mundial, fecha y fase lunar, mientras que el LV II (de 37 mm) presentaba una caja de cerámica verde oscuro e incluía alarma. Ambos se ganaron rápidamente un apodo entre los coleccionistas: “Monterey”, surgido por la dificultad que tenían los estadounidenses para pronunciar correctamente la palabra francesa montre (“reloj”).
Aquellos primeros experimentos no convirtieron aún a Louis Vuitton en una casa relojera de pleno derecho – eso llegaría más tarde, en los años 2000 – , pero sí dejaron una huella estética inconfundible
. Hoy, casi cuatro décadas después, el Monterey regresa reinterpretado con maestría, combinando el legado del diseño original con la sofisticación técnica de la relojería suiza moderna.
El Monterey 2025: entre la herencia y la innovación
El nuevo Monterey (ref. W0YG11) conserva la esencia del pasado, pero con proporciones y acabados actualizados. Su caja mide **39 mm de diámetro y 12,2 mm de grosor**, elaborada en oro amarillo de 18k, y está protegida por un cristal de zafiro con tratamiento antirreflejos. Es resistente al agua hasta 50 metros. La corona, grabada con el clásico motivo “clos du Paris”, no se produce en serie: cada una se realiza a mano mediante una antigua máquina de grabado guilloché, lo que refuerza el carácter artístico del reloj.
Un corazón completamente nuevo: el calibre LFT MA01.02
Dentro late un nuevo movimiento automático: el **LFT MA01.02**, desarrollado en la manufactura La Fabrique du Temps de Louis Vuitton en Ginebra.
Con frecuencia de 4 Hz y una reserva de marcha de 45 horas, este calibre presenta un rotor clásico de oro rosa de 18k. Pero su detalle más curioso es el uso de **zafiros sintéticos transparentes** en lugar de los tradicionales rubíes como cojinetes. No hay mejora técnica significativa, pero sí una apuesta estética que aporta limpieza visual y exclusividad.
El movimiento está oculto tras un fondo macizo de oro, lo que añade un aire de misterio: un lujo discreto reservado solo a quienes saben lo que llevan en la muñeca.
Un diseño minimalista con alma vintage
El Monterey 2025 abandona las complicaciones del pasado para convertirse en un reloj **solo de horas, minutos y segundos**. La simplicidad es intencionada: permite apreciar mejor el espléndido trabajo del esmalte grand feu en el dial. Capa tras capa, los artesanos aplican y hornean el esmalte hasta lograr una superficie pura, brillante y duradera. Las inscripciones se imprimen mediante técnica de tampografía en múltiples pasadas para garantizar una definición impecable
. Los tonos blanco, rojo y azul evocan tanto el espíritu de los modelos de 1988 como los colores de las banderas francesa y estadounidense.
Las manecillas de horas y minutos están pintadas con laca roja brillante, mientras que el segundero de acero se azula al fuego de manera tradicional. La correa negra de cuero aporta un contraste elegante y sobrio, aunque algunos consideran que resulta demasiado discreta para un reloj Louis Vuitton.
Un regreso con propósito
El Monterey 2025 no encaja del todo en el estilo actual de la colección relojera de Louis Vuitton, y precisamente por eso destaca. Es una pieza de carácter, hecha para conocedores, para coleccionistas que valoran los guiños históricos y los objetos con narrativa propia. No es un reloj para todos, sino para quienes aprecian la singularidad por encima de la moda.
En un contexto donde muchas marcas apuestan por diseños seguros y comerciales, Louis Vuitton se atreve a rescatar una rareza y convertirla en símbolo de identidad. Con el Monterey, demuestra que la relojería de lujo también puede ser poética, conceptual y provocadora.
Precio y exclusividad
El Monterey 2025 tiene un precio de **56.500 dólares** y se producirá únicamente en **188 ejemplares**. Más que un accesorio, es una pieza de colección que celebra la artesanía, el diseño y la historia de la maison. Su valor reside tanto en la ejecución impecable como en su capacidad para generar conversación entre los amantes de los relojes.
Conclusión
El nuevo Louis Vuitton Monterey 2025 es un manifiesto de estilo y audacia. Une el pasado y el futuro en una sola pieza, recordando que la verdadera relojería no se mide solo por la precisión, sino por la emoción que transmite. Puede dividir opiniones, pero sin duda consolida a Louis Vuitton como una fuerza creativa en la alta relojería.
Más información en el sitio oficial de Louis Vuitton.