Apple esperaba que el iPhone Air se convirtiera en el símbolo de una nueva era: un teléfono ultradelgado, elegante y distinto.
Pero las ventas no acompañaron el entusiasmo. Según fuentes del sector, la compañía ha decidido reducir la producción del modelo en aproximadamente un millón de unidades debido a la baja demanda. Mientras tanto, los otros modelos de la familia iPhone 17 siguen rompiendo récords de ventas en todo el mundo.
El iPhone Air es, sin duda, una proeza técnica. Con un grosor de apenas 5,6 mm, es casi un 19 % más delgado que el iPhone 6, que durante años fue el más fino jamás creado por Apple. La empresa quería revivir el espíritu del iPhone Mini, pero con un enfoque más premium y sofisticado. A pesar de su cuerpo tan delgado, el Air incluye una batería de 3.149 mAh (en versiones solo eSIM) o de 3.036 mAh (con ranura física), con la promesa de durar todo el día. Sin embargo, muchos usuarios reportan que la autonomía real no alcanza esas cifras, especialmente con 5G o juegos exigentes.
El diseño es, como era de esperarse, una joya: liviano, minimalista y con acabados impecables. Pero esa obsesión por la delgadez tuvo consecuencias. El iPhone Air cuenta con una sola cámara trasera de 48 MP (Fusion), sin lente teleobjetivo ni ultra gran angular, como sí tienen los modelos Pro. El zoom óptico se limita a 2x, y las fotos nocturnas pierden algo de calidad. Tampoco convence el sonido: un único altavoz con audio algo plano y sin cuerpo. Por 999 dólares (o 41,62 dólares al mes durante dos años), muchos sienten que el precio no se justifica frente al iPhone 17 estándar, que ofrece más por menos.
De acuerdo con el medio surcoreano The Elec, Apple recortó la producción del Air tras una evaluación de su rendimiento en ventas. Analistas de Mizuho Securities señalan que los consumidores optan por modelos más conocidos, como los Pro y Pro Max, cuya producción aumentará en cinco millones de unidades adicionales. Todo apunta a que los compradores prefieren potencia y familiaridad antes que un diseño experimental.
El golpe más irónico es que el principal rival del Air es el propio iPhone 17. Por primera vez, el modelo base incluye la pantalla ProMotion con tasa de refresco variable de 1 a 120 Hz, además de una autonomía extendida que alcanza hasta 30 horas de reproducción de video (frente a 22 del iPhone 16). Así, el Air se quedó sin su espacio único dentro de la gama.
En países como Estados Unidos, Reino Unido, China, Japón y Suiza, los pedidos del iPhone 17 todavía demoran entre dos y tres semanas. En cambio, el Air está disponible de inmediato, un indicio claro de que las existencias superan la demanda.
Pero tildar al iPhone Air de fracaso sería injusto. Según filtraciones internas, el modelo podría haber sido diseñado como un experimento para preparar el terreno del futuro iPhone plegable. Bloomberg describe el concepto como dos iPhone Air unidos por una bisagra. En un principio se esperaba que ese dispositivo debutara en 2025, pero ahora se habla de 2027, ya que Apple continúa perfeccionando la bisagra y la resistencia de la pantalla.
Las reseñas han sido mixtas: una puntuación promedio de 7,4 sobre 10. Se aplaude su pantalla brillante, su ligereza y su refinado diseño; se critica su tendencia a calentarse y su sonido limitado. Disponible en Space Black, Cloud White, Light Gold y Sky Blue, el iPhone Air se percibe más como una declaración de estilo que como un teléfono para el gran público.
En definitiva, el iPhone Air demuestra tanto el talento como las contradicciones de Apple. Es una pieza impresionante de ingeniería, pero también un recordatorio de que el mercado no siempre premia la delgadez: la gente quiere belleza, sí, pero sin sacrificar potencia ni funcionalidad.