Las guerras de consolas han terminado – o al menos eso dice GameStop. Y el anuncio vino acompañado de una noticia que pocos creyeron posible hace unos años: Halo, el buque insignia de Xbox, llega oficialmente a PlayStation. Lo que alguna vez fue símbolo de rivalidad ahora se convierte en un gesto de reconciliación histórica. 
Pero como era de esperarse, internet no tardó en explotar, especialmente después de que la Casa Blanca publicara una imagen generada por IA en la que Donald Trump aparece vestido como un soldado espartano de Halo.
GameStop, aquella tienda que en los 2000 era un santuario para los jugadores y hoy es más conocida por vender figuras y productos de colección, publicó un mensaje solemne: las guerras de consolas habían sido “infantiles” y “sin sentido”. Según ellos, todo comenzó con el primer Xbox y Halo: Combat Evolved. Sin embargo, los gamers más veteranos recordaron rápidamente que esas guerras ya existían mucho antes: Nintendo contra SEGA, Mario contra Sonic, los noventa en todo su esplendor. Esas fueron las verdaderas trincheras de la rivalidad gamer, cuando la lealtad a una marca era casi un asunto de honor.
Que Halo llegue ahora a PlayStation no es solo un cambio técnico: es un símbolo de cómo el mercado se transformó. Ver al Jefe Maestro compartiendo escenario con Kratos o Aloy era impensable hace una década. Pero hoy, la industria apunta hacia la inclusión, los servicios cruzados y las experiencias compartidas. Tal vez GameStop no esté tan equivocado al declarar el final de una guerra que, por décadas, dividió a los jugadores más por orgullo que por diversión.
Y cuando parecía que el tema no podía volverse más extraño, la Casa Blanca decidió participar en la conversación… a su manera. Publicaron una imagen creada con inteligencia artificial donde Trump aparece en una armadura espartana, empuñando una espada de energía, frente a la Casa Blanca y una bandera de Estados Unidos con solo 40 estrellas. Sí, 40. La IA, una vez más, demostró que los detalles no son su punto fuerte. No era la primera vez que algo así ocurría: meses atrás, la misma cuenta publicó una imagen de Trump como Papa, lo que desató burlas en todo internet.
El detalle irónico es que el mismo Trump que en 2019 culpó a los videojuegos por “fomentar la violencia” ahora protagoniza memes gamer oficiales. Bajo el lema “Power to the Players”, el gobierno intenta mostrarse moderno, mientras las tarifas y los impuestos siguen encareciendo las consolas. Una contradicción tan absurda que parece sacada de un sketch de Saturday Night Live.
El error de las 40 estrellas se volvió una metáfora perfecta: una imagen artificial que intenta unir, pero que termina revelando la desconexión entre cultura digital y realidad política. Quizás las guerras de consolas sí hayan terminado, pero fueron reemplazadas por otras batallas: memes contra hechos, política contra ironía, humanidad contra algoritmos. En la nueva era del entretenimiento, no se trata de Xbox o PlayStation, sino de quién controla la narrativa.
Las guerras de consolas han muerto. Viva la guerra de los memes.