
El miedo más grande de cualquier usuario de smartphone se hizo realidad: un Galaxy S25 Plus en Corea del Sur se incendió repentinamente sin estar conectado al cargador. El caso fue contado por un usuario identificado como Cheoeuijan-ah, y rápidamente se volvió viral en redes sociales, reabriendo el debate sobre la seguridad de las baterías de litio y la responsabilidad de los fabricantes.
Según su relato, el teléfono estaba en uso normal cuando comenzó a calentarse de forma extraña. En cuestión de segundos, el dispositivo emitió un chasquido fuerte y empezó a echar humo. Asustado, el dueño lo arrojó al suelo, donde el aparato terminó ardiendo hasta quedar totalmente calcinado. Un final trágico para un smartphone de gama alta recién comprado.
El usuario llevó el dispositivo a un centro técnico oficial de Samsung. Sin embargo, los técnicos no pudieron identificar la causa del incendio y se limitaron a decir que era un caso de “causa desconocida”. Esa respuesta provocó desconfianza entre los consumidores, recordando inevitablemente la crisis del Galaxy Note 7 de 2016, cuando millones de teléfonos fueron retirados del mercado por explosiones relacionadas con la batería.
“Tenía el S25+ en la mano, empezó a calentarse y a hacer un ruido fuerte, lo tiré al suelo y comenzó a echar humo”, contó el usuario. “Samsung dijo que no pudo determinar la causa.”
El Galaxy S25 Plus cuenta con un avanzado sistema de refrigeración con cámara de vapor, diseñado precisamente para evitar el sobrecalentamiento. Aun así, muchos usuarios han reportado que el dispositivo se calienta más de lo esperado, incluso durante tareas simples como videollamadas o juegos ligeros. “Mi S25+ se calienta demasiado en la parte superior, incluso sin hacer mucho”, escribió un usuario en febrero. Otro añadió en abril: “Después de 10 minutos de llamada por WhatsApp, llega a los 40 grados.”
En la mayoría de los casos, el sistema de control térmico debería activar la protección antes de que la temperatura sea peligrosa. Pero este incidente plantea la pregunta: ¿falló el sistema o se trata de un defecto de fabricación aislado? Algunos rumores señalan que un empleado de Samsung habría sufrido un problema similar con una unidad de prueba, aunque la empresa nunca lo confirmó oficialmente.
Expertos en tecnología explican que las baterías de iones de litio, presentes en casi todos los teléfonos modernos, son químicamente inestables. Un pequeño defecto, una presión excesiva en el chasis o una exposición prolongada al calor pueden causar cortocircuitos y un fenómeno conocido como “fuga térmica”, en el que la batería entra en combustión espontánea. Hasta que surjan tecnologías más seguras, como las baterías de estado sólido, estos incidentes seguirán siendo un riesgo, aunque poco común.
Los defensores de Samsung sostienen que un caso aislado no representa una falla generalizada, considerando los millones de unidades vendidas. Sin embargo, otros usuarios critican la falta de transparencia y exigen una explicación pública para restaurar la confianza en la marca. La compañía, por ahora, no ha emitido un comunicado oficial, pero se espera que realice una investigación interna.
Aunque este caso dista mucho de un escándalo masivo como el del Note 7, vuelve a poner a Samsung bajo la lupa. El Galaxy S25 Plus debía ser símbolo de potencia y confiabilidad, pero este incendio lo convierte en un recordatorio incómodo de que incluso los smartphones más caros pueden volverse peligrosos en segundos.
1 comentario
Una vez se me cayó un iPhone SE y empezó a sacar humo. Casi me da un infarto 😂