La típica “gráfica integrada de oficina” de Intel está empezando a desaparecer. Un nuevo registro en la base de datos de Geekbench apunta a algo bastante distinto: la iGPU Intel Arc B390, basada en la arquitectura Xe3 e integrada en un portátil Samsung Galaxy Book6 Pro aún no lanzado, se acerca mucho al rendimiento de una GeForce RTX 3050 Ti Laptop. 
Para un chip gráfico que viene dentro del propio procesador y vive en un chasis fino y ligero, eso ya no es un extra simpático, sino un golpe directo al segmento de GPUs de entrada en portátiles.
El equipo filtrado forma parte de la futura plataforma Panther Lake y monta un procesador Core Ultra X7 358H. Hablamos de un CPU con 16 núcleos en total: 4 núcleos de alto rendimiento, 8 de alta eficiencia y 4 de ultra bajo consumo, con frecuencias de hasta 4,8 GHz en modo turbo y 18 MB de caché L3. La parte gráfica corre a cargo de la Arc B390, con 12 núcleos Xe3 que, según el listado, alcanzan los 2500 MHz. Todo esto se combina con 32 GB de memoria LPDDR5X, una configuración muy típica de ultrabook “premium” diseñado para productividad, contenido multimedia y, ahora, también juegos en 1080p sin necesidad de una GPU dedicada.
En la prueba OpenCL de Geekbench, este conjunto alcanza 57.001 puntos. Vista de forma aislada es solo una cifra, pero se vuelve interesante cuando la comparamos con filtraciones anteriores de la misma B390, que se situaban en torno a los 52.946 puntos. Es aproximadamente un 7% de mejora entre una generación de pruebas y otra, lo que sugiere que Intel está puliendo el silicio final, el firmware y, sobre todo, los controladores, aun antes del lanzamiento oficial. Es un patrón que ya se ha visto con la marca: el hardware sale con buen potencial y los drivers van desbloqueando rendimiento y corrigiendo errores con el tiempo.
El contexto frente a otras GPUs es lo que realmente llama la atención. Con esos ~57K puntos, la Arc B390 se coloca muy cerca de la RTX 3050 Ti Laptop, que ronda ligeramente por encima de los 58K en la misma prueba. La RTX 3050 Laptop “a secas” se queda algo por detrás, alrededor de los 50K, y la Radeon 890M integrada de AMD aparece bastante más lejos, sobre los 37K. En este escenario concreto de OpenCL, Intel no solo supera con claridad a muchas soluciones integradas, sino que empieza a pisar una zona donde hasta ahora mandaban las dGPU de entrada. Para quienes recuerdan sufrir con Intel HD Graphics intentando mover un MOBA en bajo, hablar de iGPU “cerca de una 3050 Ti” suena casi a ciencia ficción.
Eso no significa que todo el mundo esté brindando con champán. Una parte de la comunidad está encantada y lo lee como un salto enorme respecto a Lunar Lake: para el jugador medio que quiere 1080p decente en títulos competitivos sin cargar con un ladrillo de portátil, esto es justamente lo que necesitaba. Pero otros son bastante más fríos: en 2025 o principios de 2026, alcanzar por fin el nivel de una RTX 3050 Ti Laptop, una GPU que ya lleva tiempo en el mercado, se siente más como “por fin ponerse al día” que como romper esquemas. Y luego están los escépticos de siempre, que en cuanto ven la palabra “OpenCL” levantan la ceja.
Su crítica no es gratuita. Geekbench OpenCL mide sobre todo músculo de cálculo en una API que cada vez pinta menos en el día a día del jugador. Lo que manda en PC moderno son DirectX 12 y Vulkan, y ahí es donde Intel se ha llevado varios tropiezos con la primera generación de tarjetas Arc de sobremesa: juegos que, sobre el papel, debían ir bien pero en el lanzamiento sufrían tirones, bugs raros o rendimiento inconsistente hasta que llegaban varios parches de drivers. La lectura equilibrada sería esta: sobre el papel, la Arc B390 tiene potencia suficiente para moverse en terreno de 3050 Ti Laptop, pero la respuesta real llegará cuando veamos benchmarks en DX12, Vulkan y pruebas en juegos populares con builds finales.
Dentro del ecosistema Panther Lake, además, la B390 es solo una pieza. La arquitectura Xe3 aparecerá en varios modelos Core Ultra X9 y X7, mientras que variantes algo recortadas, como la Arc B370, están destinadas a chips Core Ultra 5. La mayoría de estos procesadores comparten un TDP base de 25 W, con márgenes de turbo mucho más altos, dando a los fabricantes de portátiles margen para elegir: diseños más silenciosos y frescos con rendimiento estable, o perfiles más agresivos que expriman cada MHz de la iGPU. Si Intel consigue mantener un nivel de rendimiento similar en buena parte de la gama, podríamos estar ante una generación en la que “1080p jugable en la integrada” pase de ser un bonus raro a convertirse en la norma.
También resulta significativo que la nueva puntuación ya supere con claridad a las primeras filtraciones sin que el producto esté en tiendas. Eso indica que el proceso de optimización sigue en marcha y que aún podría rascarse algo más de rendimiento de aquí al lanzamiento. En comparativas internas ya se habla de un rendimiento casi dos veces superior frente a Lunar Lake en ciertos tests sintéticos, totalmente alineado con el mensaje de marketing de Intel que presenta a Xe3 como un salto grande frente a la generación anterior de gráficos Arc.
Tal vez el efecto más importante de todo esto no se vea tanto en la gráfica de Geekbench como en el mercado. Durante años Nvidia ha dominado la gama baja de GPUs móviles, mientras AMD e Intel se conformaban con iGPUs que servían para salir del paso. Si Intel logra ofrecer una integrada que haga innecesarias muchas dGPUs básicas en portátiles delgados, los OEM tendrán que replantearse sus típicas configuraciones “gaming barato” con GPU dedicada de relleno. Al mismo tiempo, AMD y Nvidia se verán presionadas a ajustar precios y a ofrecer algo más sólido en el peldaño más bajo de sus gamas.
Por supuesto, quedan varias incógnitas: qué tal llegarán los drivers en el día uno, cómo se comportará la Arc B390 en sesiones largas de juego dentro de un chasis delgado, o si cada gran lanzamiento de AAA funcionará bien desde el principio o necesitará el habitual par de parches. Son dudas legítimas. Pero dejando a un lado el cinismo comprensible hacia los benchmarks sintéticos, el mensaje del leak es bastante claro: la iGPU Intel Arc B390 Xe3 ha dejado de ser un chiste sobre “gráfica integrada”. Es un chip que puede mirar de frente a una RTX 3050 Ti Laptop y no apartar la mirada, y que puede convertir la próxima ola de portátiles Panther Lake, prevista para arrancar en torno a enero de 2026, en una generación mucho más interesante para quien quiere un portátil ligero que también permita jugar con dignidad.