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Vampire Crawlers lleva Vampire Survivors a un roguelike de mazos en primera persona

por ytools
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Vampire Survivors es uno de esos indies que parecía una curiosidad más en la tienda digital y acabó convirtiéndose en el responsable de mil noches robadas. Un stick, dos botones y una pantalla llena de sprites bastaron para que el juego de poncle se volviera sinónimo de “una última run” que nunca es realmente la última. Ahora ese pequeño monstruo crece hacia una dirección inesperada con Vampire Crawlers, un spin-off que abandona la vista cenital, se pasa a la primera persona y se apoya en un roguelike de construcción de mazos metido dentro de un dungeon crawler clásico.
Vampire Crawlers lleva Vampire Survivors a un roguelike de mazos en primera persona
No es simplemente “más de lo mismo”, sino un experimento bastante ambicioso con la misma obsesión por el caos controlado.

En lugar de mover a tu personaje como un icono minúsculo sobre un campo abierto, en Vampire Crawlers caminas directamente por los pasillos, salas y criptas del universo de Vampire Survivors. Eliges un crawler, básicamente una cara conocida del juego original, y te metes de lleno en túneles húmedos, cámaras llenas de enemigos y cruces estrechos donde una mala decisión se paga al instante. La filosofía, sin embargo, sigue siendo familiar: empiezas como una criatura frágil, casi indefensa, que celebra cada habitación superada, y poco a poco ese pobre desgraciado se transforma en una máquina de triturar todo lo que se mueve. Esa curva lenta pero imparable del “no llego ni a cinco minutos” al “borro la pantalla con solo respirar” sigue siendo el núcleo de la experiencia.

El gran cambio está en cómo construyes ese poder. En Vampire Crawlers, el corazón del diseño es el deckbuilding. Cada partida arranca con un mazo muy básico de ataques y unas pocas cartas de apoyo, pero recorrer la mazmorra significa también conseguir nuevas cartas, mejorar las que ya tienes y desbloquear modificadores que cambian por completo su comportamiento. Puedes ajustar el coste, escalar el daño, ampliar el área de efecto, alterar la duración o incluso hacer que ciertas cartas reaccionen de forma diferente cuando se juegan encadenadas. Al cabo de unos combates tu mano se convierte en un pequeño laboratorio portátil, donde cualquier combinación tonta puede ser la jugada que te salva o el error que manda el run directo a la basura.

El combate se siente como un híbrido bastante peculiar entre dungeon crawler en primera persona y juego táctico de cartas. No gestionas una rueda de armas ni un inventario gigante, sino una mano de opciones que tienes que secuenciar bien. Tal vez abras con una carta defensiva para generar un escudo rápido o un dash corto, sigas con un hechizo que lanza proyectiles rebotando por un pasillo y remates colocando una zona persistente de daño en el suelo para convertir la puerta en picadora. Mientras tanto, el juego dispara todo el pack sensorial marca de la casa: sonidos exagerados de impacto, monedas y gemas saltando por la pantalla, números de daño por todas partes y esa sensación tan poncle de que el juego ha dejado de preguntarte si vas a ganar para centrarse en cuán ridículo será el resultado.

A nivel de universo, Vampire Crawlers no pretende reinventar la rueda. Sigue siendo el mundo de Vampire Survivors, con el mismo humor absurdo, las mismas referencias descaradas a clásicos góticos y los mismos personajes rarísimos que el público ya se sabe de memoria. La diferencia es que ahora los guiños y chistes aparecen en forma de nombres de cartas, reliquias y mejoras pasivas. Leer las descripciones del mazo es casi como repasar un álbum de momentos rotísimos del juego original. Para la comunidad veterana, el simple hecho de ver reaparecer armas y personajes en este nuevo formato ya es un guiño directo.

Como era de esperar, el salto a la primera persona no convence a todo el mundo por igual. Hay jugadores que defienden que el “power fantasy” de Vampire Survivors funciona mejor desde arriba, viendo el enjambre completo, midiendo huecos entre enemigos y disfrutando del caos como si fuera un salvapantallas jugable. La idea de tener que controlar la posición, leer patrones de ataque y, a la vez, gestionar cartas en la mano desde la vista en primera persona les suena a sobrecarga. En el otro extremo están quienes repiten que nunca hay suficientes roguelikes de mazos, y que si encima llevan la firma de poncle, la duda dura segundos. En medio queda ese gran grupo de curiosos que mira el anuncio, ve cartas y la fecha 2026, y ya siente el hype subiendo sin remedio.

Desde el primer momento, poncle se encarga de aclarar qué es y qué no es Vampire Crawlers. No es Vampire Survivors 2, sino un spin-off declarado, pensado como el “primer experimento” de una posible serie de proyectos paralelos. El estudio habla de un espacio para probar géneros y enfoques distintos sin tocar todavía la columna vertebral de la saga. Una verdadera sala de pruebas. En paralelo existe algo más cercano a una secuela tradicional, pero el equipo no está listo para contarlo. Eso coloca a Crawlers en una posición curiosa: no es el relevo, sino la desviación interesante del camino principal, la pregunta de “¿qué pasa si llevamos esta fórmula hasta aquí?” antes de decidir qué se queda y qué se descarta.

Lo que sí es oficial es la ventana de lanzamiento: Vampire Crawlers apunta a 2026 y llegará a Xbox Series, PC, PlayStation 4, PlayStation 5 y Nintendo Switch. La lista de plataformas deja claro el peso que ha ido ganando la franquicia desde aquel acceso anticipado discreto de 2021. Quien nunca haya tocado Vampire Survivors podrá entrar directamente por la puerta del spin-off sin sentirse perdido, mientras que los veteranos lo verán como un primo raro, pero de la misma familia: sigue siendo un juego obsesionado con sinergias absurdas y builds descontroladas, solo que ahora se juegan a la altura de los ojos y se gestionan a golpe de carta.

Al final todo se apoya en el mismo truco que hizo grande al original. Vampire Survivors demostró que detrás de una presentación mínima puede esconderse una red profunda de decisiones, secretos y curvas de poder. Vampire Crawlers parece querer trasladar ese espíritu a un formato más explícito, menos automático, donde cada elección de carta pesa más que un simple nivel extra. Si la apuesta sale bien, el resultado puede ser muy familiar para cualquiera que ya haya caído en el pozo: instalas el juego “para probar un rato”, encadenas run tras run, y cuando miras el reloj descubres que Vampire Survivors ha encontrado una nueva forma de devorarte la noche.

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