Parece que Instagram se está preparando para tocar uno de los hábitos más viejos de la app: las hashtags. En los últimos días, cada vez más usuarios cuentan que, al intentar añadir una cuarta etiqueta en un post, les aparece un aviso dentro de la aplicación diciendo que solo se pueden usar tres hashtags por publicación. 
No hubo comunicado oficial, ni entrada en el blog de Meta, ni nota de prensa: simplemente, un límite nuevo que empieza a asomarse sin explicación clara.
Lo más llamativo es que este mensaje no aparece en todas las cuentas. Algunas personas siguen pudiendo pegar bloques enormes de hashtags al final de la descripción, mientras que otras se topan con la pared en cuanto escriben la cuarta. Ese comportamiento desigual huele a experimento en vivo: un típico test A/B en el que Instagram prueba el cambio con una parte de la audiencia, observa qué pasa con el alcance, el spam y el tiempo de uso, y solo después decide si convierte el límite en norma global o si lo retira como si nada hubiera pasado.
Para entender qué hay detrás, conviene recordar qué papel tuvieron las hashtags al inicio. Durante años fueron la puerta de entrada para descubrir cuentas nuevas, comunidades súper nicho, fotógrafos, ilustradores o simplemente gente con los mismos gustos que tú. Seguías una etiqueta y aparecía un mundo entero de contenido. Con el tiempo, esa lógica se fue torciendo: muchas descripciones empezaron a llenarse de listas interminables de palabras genéricas, copiadas y pegadas, pensadas más para cazar impresiones que para describir realmente la foto o el Reel.
Al mismo tiempo, cambió la propia experiencia de la app. El feed principal se llenó de publicaciones sugeridas, anuncios y vídeos de gente que nunca has visto, mientras las fotos de tus amigos se perdían en medio de todo eso. Muchos usuarios sienten que Instagram está repitiendo el camino de Facebook: menos cercanía y más ruido. En ese contexto, un límite de tres hashtags se entiende como un intento de bajar el volumen de ese ruido y obligar a los creadores a ser más precisos y honestos con lo que etiquetan.
Si solo tienes tres espacios, no puedes tirar de una sopa de etiquetas por si alguna funciona. Tienes que elegir las que realmente resumen el tema, el formato o la comunidad a la que quieres llegar. Sobre el papel, esto debería ayudar al algoritmo a clasificar mejor los contenidos y a reducir resultados irrelevantes cuando alguien toca una etiqueta o busca algo concreto. Además, encaja con una tendencia clara en la plataforma: para la distribución de un post pesan mucho más el tiempo de visualización, las guardadas, los compartidos y los comentarios que la cantidad de hashtags que aparecen al final de la descripción.
Las reacciones, como era de esperar, están divididas. Cuentas pequeñas, creadores emergentes y gestores de redes sociales temen perder uno de los pocos elementos que aún podían «tocar» de forma directa para empujar un poco el alcance orgánico, por mínimo que fuera. En el extremo contrario están los usuarios que casi no usan hashtags, que reconocen que ni los leen ni los ponen, y que probablemente ni se enterarán si el límite se hace oficial. Entre medias hay un grupo cada vez mayor de nostálgicos que extrañan el Instagram de antes: fotos improvisadas de amigos, viajes con filtros horribles, mascotas y momentos tontos, en vez de un scroll infinito de influencers, marcas y publicidad.
Hasta que Instagram no aclare públicamente qué está probando exactamente, lo más sensato es interpretar el aviso de tres hashtags como una señal de hacia dónde podría moverse la plataforma, no como una sentencia definitiva. Si dependes de Instagram para trabajar, vender o posicionar tu marca personal, es un buen momento para revisar tu estrategia: probar combinaciones cortas de etiquetas muy concretas, cuidar más el relato en el texto, apostar por imágenes y vídeos que enganchen por sí mismos y observar las estadísticas si el límite aparece en tu cuenta.
Sea cual sea el resultado final del experimento, el mensaje de fondo parece claro: la época en la que se intentaba empujar un post simplemente con una pared de hashtags se está apagando. El futuro del alcance en Instagram dependerá cada vez menos de cuántas veces uses el símbolo # y mucho más de si la gente se detiene, mira, comenta, guarda y comparte lo que publicas.