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Asgard lanza un kit DDR5 de 256 GB más caro que una RTX 5090

por ytools
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Durante años nos hemos quejado de lo que cuestan las tarjetas gráficas tope de gama, pero ahora el foco del escándalo se ha movido a otro componente: la memoria RAM. El fabricante chino Asgard ha lanzado dos kits DDR5 para PC de sobremesa tan extremos que ya juegan en la misma liga de precios que una NVIDIA GeForce RTX 5090.
Asgard lanza un kit DDR5 de 256 GB más caro que una RTX 5090
Lo que antes era una simple ampliación de memoria se ha convertido en una compra de lujo digna de una estación de trabajo profesional.

Thor y Valkyrie: 192 GB y 256 GB de DDR5 en un PC doméstico

La nueva apuesta de Asgard gira en torno a dos kits de capacidad descomunal. Por un lado está el pack Thor, con 192 GB de DDR5; por otro, Valkyrie, que sube la apuesta hasta unos impresionantes 256 GB. Ambos están basados en una configuración de cuatro módulos DIMM: Thor combina 4 × 48 GB, mientras que Valkyrie recurre a 4 × 64 GB para alcanzar nada menos que un cuarto de terabyte de RAM en una placa base de consumo.

Los dos kits ya aparecen listados en la tienda china JD, y las cifras llaman la atención de inmediato. El kit Thor de 192 GB se vende por 8.599 yuanes, alrededor de 1.216 dólares. Ese importe ya supera lo que muchísima gente invierte en todo su PC gaming. Sin embargo, el verdadero sobresalto llega con el Valkyrie de 256 GB: salió al mercado por 14.599 yuanes (unos 2.064 dólares) y, al poco tiempo, Asgard actualizó el precio hasta 16.999 yuanes, es decir, aproximadamente 2.404 dólares. Es una subida en vivo y en directo que coloca a un solo kit de RAM por encima del precio objetivo de una RTX 5090 Founders Edition.

Especificaciones serias: SK hynix M-die, 6000 MT/s y ajustes de latencia

El coste es alto, pero al menos Asgard no está vendiendo hardware mediocre envuelto en marketing. Tanto Thor como Valkyrie utilizan chips SK hynix M-die, muy valorados por la comunidad entusiasta por su equilibrio entre frecuencia, estabilidad y potencial de overclock. Ambos kits están certificados para funcionar a 6000 MT/s, una velocidad que se considera el punto dulce para las plataformas actuales de AMD Ryzen e Intel, donde se combina buen rendimiento con un esfuerzo razonable para el controlador de memoria.

La diferencia entre uno y otro aparece en los timings. El Thor de 192 GB viene afinado con latencias bastante agresivas: CL28-36-36-72, algo poco habitual en kits de semejante capacidad. El Valkyrie de 256 GB, en cambio, se conforma con CL32-45-45-90. Asgard concede aquí un poco más de margen al controlador, sacrificando algo de respuesta a cambio de mantener estable un volumen enorme de memoria sin renunciar a los 6000 MT/s. En la práctica, Thor es el kit orientado a exprimir rendimiento dentro de lo razonable, mientras que Valkyrie se posiciona como el monstruo de capacidad que no quiere parecerse a un módulo lento de servidor.

¿Para quién tiene sentido tanta memoria?

Si hablamos del usuario medio, la respuesta es sencilla: para casi nadie. A día de hoy, 32 GB de RAM siguen siendo más que suficientes para jugar y trabajar con fluidez, y 64 GB ya se perciben como un extra muy cómodo. Los kits de Asgard apuntan a un perfil mucho más específico: creadores que montan proyectos de vídeo 4K y 8K con toneladas de material sin comprimir, artistas 3D que trabajan con escenas gigantescas, estudios que convierten un PC en servidor de pruebas con muchas máquinas virtuales, o equipos de desarrollo que levantan entornos completos en local con contenedores por todas partes.

También hay que sumar a quienes se han subido a la ola de la inteligencia artificial local. Ejecutar modelos de lenguaje grandes o generadores de imagen en casa, sin depender de la nube, es un escenario cada vez más habitual entre usuarios avanzados. Para mantener varios modelos cargados en memoria y responder con baja latencia, 64 o incluso 128 GB pueden quedarse cortos. En ese contexto, disponer de 192 o 256 GB de DDR5 deja de ser un capricho y se convierte en un requisito técnico para evitar que el sistema viva constantemente tirando de SSD.

Aun así, para la mayoría de los jugadores y usuarios tradicionales, pagar más por RAM que por la propia gráfica tope de gama es casi imposible de justificar. En juegos, navegar, ofimática o edición ligera, el salto de 64 GB a 192 GB pasará desapercibido. Por eso estos kits se mueven en un terreno muy concreto: el del profesional que factura con ese hardware todos los meses, o el del entusiasta que quiere montar el PC más exagerado del foro, aunque la mitad de la memoria se quede siempre vacía.

El boom de la IA y la nueva realidad del mercado DRAM

Lo que Asgard está haciendo con Thor y Valkyrie no ocurre en un vacío. El mercado de DRAM siempre ha sido cíclico: hay épocas de sobreoferta y precios por los suelos, seguidas de recortes de producción para recuperar márgenes. Esta vez, esos recortes han coincidido con un crecimiento brutal de la demanda desde los centros de datos. Los grandes proveedores de nube y las empresas que construyen granjas de GPU para IA compran memoria de alto rendimiento en cantidades masivas, y esos contratos son mucho más jugosos que vender un par de módulos a un usuario doméstico.

Al mismo tiempo, la industria ha encontrado un eslogan perfecto: el llamado PC de IA. Si un componente puede presentarse como listo para cargas de trabajo de inteligencia artificial, es casi garantía de que llevará asociado un sobreprecio. En el mundo de servidores, no es raro ver kits de DDR5 de alta capacidad por encima de los 2.000 dólares. Lo llamativo ahora es ver cómo esa lógica de precios se filtra cada vez más hacia el segmento entusiasta, hasta el punto de que la RAM empieza a competir cara a cara con las GPUs en coste.

Menos competencia en consumo, más margen para mantener precios altos

Otro factor del que se habla menos es el cambio de prioridades en algunos fabricantes de memoria. Grandes nombres del sector están reduciendo su presencia en el mercado de módulos de consumo para centrarse en productos de mayor margen para centros de datos y clientes corporativos. Cuando compañías del tamaño de Micron pisan el freno en el segmento entusiasta, el número de actores fuertes que pelean por el usuario final disminuye. Y con menos competencia directa en la estantería de la tienda, es más fácil sostener precios elevados durante más tiempo sin desatar una guerra de descuentos.

¿Qué podemos esperar de la DDR5 en los próximos años?

Los analistas no son especialmente optimistas a corto plazo. Muchas previsiones apuntan a un mercado de DRAM tenso hasta, al menos, el cuarto trimestre de 2027, con un posible nuevo pico de demanda alrededor de 2026 si continúa la carrera por ampliar la infraestructura de IA. Eso significa que quienes sueñan con volver a ver kits DDR5 de alta capacidad a precios de ganga probablemente tendrán que armarse de paciencia.

En ese contexto, los kits Thor de 192 GB y Valkyrie de 256 GB de Asgard son algo más que una curiosidad para titulares llamativos. Son una muestra de hacia dónde se está moviendo el ecosistema del PC: capacidades que antes eran exclusivas de servidores llegan al escritorio, pero acompañadas de etiquetas de precio que se confunden con las de hardware profesional. Para un pequeño grupo de creadores, investigadores y entusiastas con cartera generosa, estos módulos pueden ser una herramienta real de productividad. Para el resto, son la prueba evidente de que la época de la memoria barata, al menos por ahora, se ha terminado.

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