El último informe trimestral de NVIDIA agitó los mercados bursátiles. Las acciones llegaron a desplomarse casi un 4% en el after-hours, recuperaron parte de la caída, pero al cierre todavía bajaban un 3,5%.
Aunque la compañía volvió a superar las previsiones, los analistas esperaban un margen de sorpresa mucho mayor.
En el segundo trimestre fiscal, NVIDIA registró ingresos de 46,7 mil millones de dólares y una ganancia ajustada por acción de 1,05 dólares, apenas por encima de las estimaciones de 46,06 mil millones y 1,01 dólares. Para el tercer trimestre la empresa proyecta 54 mil millones, también superior a los 53,14 mil millones que preveía Wall Street. Sin embargo, la reacción fue tibia: los inversores querían un golpe de efecto, no una victoria mínima.
El negocio de centros de datos, el motor principal de NVIDIA, alcanzó 41,19 mil millones de dólares, prácticamente en línea con las expectativas de 41,29 mil millones. La gran incógnita seguía siendo China: debido a las restricciones de EE.UU. sobre los chips H20, la empresa no pudo vender allí en el trimestre. La CFO Colette Kress confirmó que se colocaron 650 millones de dólares en H20 a un cliente fuera de China, lo que permitió liberar 180 millones en inventario previamente reservado.
Otro frente de preocupación es el precio de las GPUs. Varias compañías de inteligencia artificial aseguran que la inversión es demasiado cara frente al rendimiento obtenido, lo que genera dudas sobre la demanda futura. NVIDIA confía en la próxima generación Rubin, enfocada en mejorar las capacidades de razonamiento e inferencia. Mientras tanto, la línea Blackwell creció un 17% respecto al trimestre anterior, con los grandes proveedores de nube representando la mitad de las ventas del segmento.
Para sostener ese crecimiento, la firma incrementó su inventario en 3,7 mil millones de dólares, aunque su flujo de caja operativo se desplomó un 43,7% interanual por una mayor carga fiscal. Además, el consejo aprobó un programa de recompra de acciones de 60 mil millones. Y, de momento, la guía para el tercer trimestre no incluye ingresos por ventas de H20 en China, lo que deja abierta la posibilidad de un plus si se concretan.
El mensaje del mercado fue contundente: pequeños triunfos ya no son suficientes para una compañía valorada a niveles tan altos. NVIDIA deberá demostrar que su dominio en inteligencia artificial puede seguir traduciéndose en resultados sólidos y no solo “cumplir con lo esperado”.