Hoy, el presidente Trump comentó sobre el acuerdo del gobierno de EE. UU.
con Intel, describiéndolo como un ‘gran trato’ que podría convertirse en un modelo para acuerdos similares con otras compañías de semiconductores. El acuerdo, que implica una participación del 10 % en Intel, está relacionado con los esfuerzos del gobierno para fortalecer la fabricación de chips en EE. UU. bajo la Ley CHIPS. Las declaraciones de Trump fueron hechas antes de un evento en la Casa Blanca, donde él y el CEO de Intel, Lip-Bu Tan, revelarán los detalles del acuerdo.
Como parte del acuerdo, el gobierno de EE. UU. convertirá $7.9 mil millones en subvenciones, destinadas a Intel bajo la Ley CHIPS, en una participación accionaria en la empresa. Además, Intel recibió una subvención de $3 mil millones del programa Secure Enclave del Pentágono. El secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, sugirió que otras compañías de semiconductores, excluyendo gigantes como TSMC y Micron, podrían recibir ofertas similares.
La participación del gobierno de EE. UU. en Intel será de aproximadamente el 10 %, sin derecho a asiento en la junta directiva ni control significativo sobre la gobernanza de la empresa. El objetivo del acuerdo es fortalecer la fabricación de chips en EE. UU. y fomentar la competencia entre las empresas de semiconductores para aumentar sus capacidades de producción en el país. Sin embargo, el Bank of America (BofA) expresó preocupaciones sobre posibles desventajas, como la dilución del 10 % de las acciones actuales de Intel y la creciente presión sobre la empresa para completar proyectos como la fábrica de Ohio, que ha sufrido retrasos.
A pesar de estos desafíos, la asociación de Intel con SoftBank, que prometió invertir $2 mil millones para apoyar la innovación en semiconductores en EE. UU., resalta la importancia de trasladar la producción de chips al país. Sin embargo, el acuerdo podría enfrentar resistencia por parte de clientes internacionales, especialmente en China, donde Intel obtiene una parte significativa de sus ingresos.
Con Trump buscando más acuerdos como este, el futuro de la fabricación de semiconductores en EE. UU. podría cambiar drásticamente, pero no sin controversias. ¿Ayudarán estas acciones a Intel y otras empresas de semiconductores a tener éxito o causarán problemas inesperados? Solo el tiempo lo dirá.