Ridley Scott estuvo a punto de darle a Alien un final totalmente distinto y mucho más oscuro. En su idea original, el xenomorfo mataba a Ripley, imitaba su voz por radio y ponía rumbo a la Tierra. 
Según Noah Hawley, showrunner de Alien: Earth, solo imaginarlo sigue siendo escalofriante.
En la nueva serie, Hawley introduce varias especies alienígenas inéditas, incluida una que controla la mente de su víctima a través de los ojos. “Todo lo que tiene que ver con la cara, la mirada y la pérdida de control impacta mucho en el público”, comenta. “Ridley me contó que quería que el xenomorfo matara a Ripley, imitara su voz y fuera hacia la Tierra. No lo hizo, pero esa idea de invasión al estilo ‘Invasores de cuerpos’ es realmente inquietante”.
En la versión final de Alien, Ripley sobrevive, elimina a la criatura y graba su último registro como única superviviente del Nostromo. En el plan descartado, sería el propio xenomorfo quien dejara ese mensaje, algo que habría cambiado radicalmente el rumbo de la franquicia. Hasta ahora, nunca hemos visto a un alien de la saga hablar, y quizá sea lo mejor: su silencio implacable es parte de lo que lo hace tan aterrador.
Alien: Earth se sitúa unos años antes de la primera película y muestra por primera vez, dentro del canon, a xenomorfos en la Tierra. La trama sigue a la nave USCSS Maginot, que se estrella en una ciudad controlada por la corporación Prodigy. Wendy (Sydney Chandler), el primer prototipo híbrido con conciencia humana, se une a un grupo de soldados para enfrentarse tanto a los xenomorfos clásicos como a nuevas y grotescas criaturas. Es un mundo dominado por cinco megacorporaciones, donde humanos, cyborgs y sintéticos conviven, mientras la inmortalidad se ha convertido en un objetivo corporativo.
Hawley optó por dejar de lado la historia de Prometheus, prefiriendo la estética retrofuturista y el espíritu de las películas originales. Así, Alien: Earth mantiene la tensión opresiva y el terror claustrofóbico que hicieron legendaria a la saga, incluso si el final más extraño de Scott nunca salió de su libreta.