Advanced Micro Devices (AMD) vuelve a estar en boca de todos en Wall Street, aunque no necesariamente por las razones que sus seguidores desearían. Un nuevo informe del Bank of America revela que AMD es ahora la acción de semiconductores menos mantenida dentro del S&P 500. Solo un 20% de los gestores de fondos aseguraron tener participación en agosto de 2025, frente al 23% en mayo y al 39% de hace un año.
El peso de AMD en el índice también cayó con fuerza: se redujo a 0,16x, un descenso del 5% en el trimestre y del 80% en comparación interanual.
Lo curioso es que esta retirada de los grandes fondos ocurre al mismo tiempo que las acciones de AMD suben un 34% en lo que va de año, superando con holgura al índice Philadelphia Semiconductor (PHLX). Una muestra clara de cómo la percepción del mercado institucional puede ir por un lado y la realidad de los números por otro.
Las dudas se explican en parte por los resultados del segundo trimestre de 2025, cuando la compañía registró una pérdida operativa bajo GAAP debido a un cargo de 800 millones de dólares vinculado a las restricciones de exportación de EE.UU. sobre los chips Instinct MI308. Esto disparó el costo de ventas en un 59% interanual. Sin embargo, el panorama cambió tras la flexibilización de dichas restricciones bajo la administración Trump: AMD ahora puede vender esos chips prácticamente sin coste, lo que se traduce en márgenes mucho más altos. Analistas de Susquehanna prevén que esta circunstancia dará un impulso considerable a los resultados de la segunda mitad del año.
Aun así, el motor de crecimiento de la empresa sigue intacto. Para el tercer trimestre, AMD proyecta ingresos de 8.700 millones de dólares, un 14% más que los 7.600 millones del trimestre anterior. Además, presentó oficialmente su nueva serie MI350, basada en la cuarta generación de la arquitectura Instinct. Estos GPUs, diseñados para inteligencia artificial, prometen cuadruplicar la potencia de cálculo y multiplicar por 35 la capacidad de inferencia. En un contexto de explosión de demanda por soluciones de IA, este lanzamiento no es menor.
La estrategia de AMD también marca la diferencia: priorizar márgenes antes que entrar en guerras de precios. Mientras Nvidia domina el segmento de GPUs para portátiles gracias a agresivos acuerdos OEM, AMD opta por no sacrificar rentabilidad a corto plazo por cuota de mercado. Puede que esta visión irrite a quienes esperan conquistas rápidas, pero otorga solidez y consistencia al negocio.
El resultado es una paradoja llamativa: una empresa que crece a doble dígito, supera a sus pares en bolsa y lanza productos clave para el auge de la IA, pero que sigue siendo ignorada por los grandes fondos. Para los inversores contrarios, puede ser la oportunidad que estaban esperando.