Las últimas cifras de ventas del minorista alemán Mindfactory dejan claro el panorama: AMD está arrasando en el mercado de placas base, con la plataforma AM5 acaparando un impresionante 73 % de todas las unidades enviadas.
Impulsadas por el éxito rotundo de los procesadores Ryzen 9000 y 7000, las placas de AMD se venden mucho más que las de Intel, dejando al rival azul muy atrás.
En la última semana, se vendieron 2.005 placas AM5, mientras que la veterana AM4 se mantuvo en segundo lugar con 470 unidades. Las placas Intel LGA 1700 apenas alcanzaron 185 ventas y la nueva LGA 1851 se quedó en tan solo 70. A nivel global, AMD ya roza el 90 % de cuota de mercado en muchas regiones, una tendencia que comenzó en la era AM4.
MSI lidera el ranking de marcas con 1.185 unidades vendidas (43,4 % del mercado), seguida por ASRock con un 30,6 %. El chipset B650 sigue siendo el favorito gracias a su compatibilidad con Ryzen 7000 y 9000, su precio atractivo y un conjunto de características completo. Su versión mejorada, el B850, también goza de popularidad por ofrecer PCIe 5.0 para GPU y buenas opciones de actualización sin el precio elevado de los X870E. Ambos chipsets permiten overclocking y cuentan con conectividad moderna, lo que los convierte en una elección inteligente para gamers y ensambladores que buscan rendimiento y futuro asegurado sin gastar de más.
La transición a AM5 también ha acelerado la adopción de DDR5: alrededor del 80 % de las placas vendidas ya son compatibles con este tipo de memoria. En cuanto al formato, ATX sigue siendo el más usado, aunque micro-ATX gana terreno entre quienes prefieren PCs compactos.
En resumen, la semana pasada AMD generó casi diez veces más ingresos que Intel en el segmento de placas base, confirmando que el mercado se está inclinando claramente hacia el rojo gracias a precios competitivos, amplia compatibilidad y gran rendimiento en juegos.