La alianza entre AMD y OpenAI marca un antes y un después en la industria tecnológica y promete desafiar el dominio que NVIDIA ha mantenido durante años en el campo de la inteligencia artificial. Durante mucho tiempo, AMD fue vista como la eterna competidora: innovadora, pero siempre un paso detrás de su rival verde. Hoy, esa percepción cambia radicalmente.
Con un acuerdo multimillonario de varios años y generaciones, OpenAI se convierte en el primer gran cliente de las nuevas GPUs Instinct MI450 y de la plataforma de servidores Helios. Más que un contrato, es una declaración de confianza en el potencial tecnológico de AMD para competir de igual a igual con NVIDIA.
El acuerdo contempla la implementación de hasta seis gigavatios de GPUs AMD Instinct, comenzando con un gigavatio que se desplegará en la segunda mitad de 2026. Este movimiento convierte a OpenAI en el cliente principal de la serie MI450 y de la infraestructura Helios a gran escala, posicionando a AMD como un actor central en el suministro global de hardware para inteligencia artificial.
La directora ejecutiva de AMD, Lisa Su, afirmó que esta colaboración podría generar más de 100 mil millones de dólares en ingresos en los próximos años, consolidando a la compañía como el segundo mayor proveedor de cómputo para IA, justo detrás de NVIDIA. Además, aseguró que AMD mantiene conversaciones con otros socios estratégicos, lo que demuestra que el MI450 no será un caso aislado, sino el pilar de una estrategia más amplia.
¿Qué hace tan especial al Instinct MI450? Según la propia AMD, este lanzamiento es tan importante como lo fue la llegada de los procesadores EPYC Milan, que revolucionaron el mercado de servidores. Las nuevas GPUs están fabricadas con un proceso de 2 nanómetros e incorporan memoria HBM de última generación, mayor eficiencia energética y una arquitectura diseñada específicamente para cargas masivas de trabajo en IA. Además, la plataforma Helios combina estas GPUs con los procesadores EPYC Venice, ofreciendo una solución integral para centros de datos que rivaliza directamente con las DGX de NVIDIA.
Durante años, el gran desafío de AMD fue su ecosistema de software, dominado por la hegemonía de CUDA. Sin embargo, la empresa ha logrado avances significativos con su plataforma ROCm, que ahora es compatible con los principales frameworks de machine learning. Si OpenAI logra desplegar exitosamente sus modelos sobre hardware AMD, el panorama del sector podría cambiar por completo, demostrando que NVIDIA ya no es la única opción viable.
No obstante, el acuerdo incluye condiciones: solo el primer gigavatio está garantizado, mientras que los otros cinco dependerán del cumplimiento de ciertos objetivos de rendimiento y escalabilidad. Aun así, el hecho de que OpenAI confíe en AMD – aun teniendo acceso a la plataforma Vera Rubin de NVIDIA – refleja un giro importante en la dinámica del mercado.
Lisa Su también destacó el esfuerzo de planificación y coordinación que requiere una operación de esta magnitud. Construir infraestructura de IA a escala gigavatio implica una cadena de suministro extremadamente precisa, que involucra desde la fabricación de chips hasta la integración final de sistemas. AMD asegura estar preparada para entregar a tiempo y sin los cuellos de botella que en el pasado limitaron su crecimiento.
Para la industria tecnológica, este movimiento representa una bocanada de aire fresco. Durante casi una década, NVIDIA ha mantenido un control casi absoluto del hardware de inteligencia artificial. Ahora, con AMD de regreso en el centro del juego, la competencia promete acelerar la innovación, reducir costos y ofrecer más alternativas a investigadores, desarrolladores y empresas. En pocas palabras, el MI450 podría abrir la puerta a una nueva era de diversidad y equilibrio en la computación de IA.
Eso sí, la batalla está lejos de terminar. NVIDIA ya prepara su generación Blackwell y otras arquitecturas sucesoras, pero el mensaje es claro: el monopolio ha terminado. La carrera por el futuro de la inteligencia artificial acaba de comenzar, y será más intensa que nunca.