
Ryzen 7 9850X3D filtrado en PassMark: pequeño salto en cifras, gran salto para quien sigue en AM4
AMD todavía no ha levantado oficialmente el telón de su nueva hornada X3D en el escenario de la CES 2026, pero el Ryzen 7 9850X3D ya está circulando por las bases de datos de benchmarks. Un registro reciente en PassMark ha sido suficiente para encender el debate: apenas alrededor de un 5 % de mejora frente al Ryzen 7 9800X3D, pero una diferencia mucho más grande si miramos al Ryzen 7 7800X3D y, sobre todo, al veterano Ryzen 7 5800X3D de la plataforma AM4. Más que preguntarse si es un salto “espectacular”, la pregunta real para la mayoría es: ¿a quién le compensa de verdad?
En cuanto a especificaciones, el Ryzen 7 9850X3D mantiene la receta que ha convertido a los X3D en referencia del gaming de alto nivel. Hablamos de 8 núcleos y 16 hilos basados en arquitectura Zen 5, un TDP de hasta 120 W y 96 MB de caché L3 apilada mediante 3D V-Cache. Sobre el papel se parece mucho a los 9800X3D y 7800X3D, pero con un detalle importante: la segunda generación de V-Cache de AMD, diseñada para funcionar más fría, sostener frecuencias más altas y ofrecer un margen de overclock bastante más civilizado que en la primera hornada.
El cambio más visible frente al 9800X3D está en las frecuencias. Según el leak, el Ryzen 7 9850X3D alcanza hasta 5,6 GHz en modo boost, mientras que el 9800X3D se queda en 5,2 GHz. Eso supone un incremento de alrededor de un 7–8 % en el boost máximo, manteniendo la misma configuración de 8 núcleos, un solo CCD con caché apilada y el mismo TDP oficial. Por tanto, no sorprende que los resultados de PassMark hablen de un plus de un 5 % en rendimiento tanto single-core como multi-core cuando se compara directamente con su predecesor.
Si miramos las cifras aproximadas filtradas, el panorama queda más claro: el Ryzen 7 9850X3D ronda los 4630 puntos en PassMark single-thread y unos 18.400 en multi-thread. El Ryzen 7 9800X3D se sitúa algo por debajo, con alrededor de 4425/17.900 puntos. El Ryzen 7 7800X3D baja a la franja de 3760 en single y 17.100 en multi, y el Ryzen 7 5800X3D – todavía muy popular entre usuarios de AM4 – se queda sobre los 3230 puntos en single-core y unos 16.200 en multi-core.
| CPU | Arquitectura | Núcleos / hilos | Single (≈) | Multi (≈) |
|---|---|---|---|---|
| Ryzen 7 9850X3D | Zen 5 | 8 / 16 | 4630 | 18400 |
| Ryzen 7 9800X3D | Zen 5 | 8 / 16 | 4425 | 17900 |
| Ryzen 7 7800X3D | Zen 4 | 8 / 16 | 3760 | 17100 |
| Ryzen 7 5800X3D | Zen 3 | 8 / 16 | 3230 | 16200 |
De ahí nace la típica discusión de foro: ¿cinco por ciento es una broma o un progreso razonable? A lo largo de años hemos visto generaciones de Intel que aportaban justo ese rango de mejora y se vendían como “avance generacional”. Ahora que AMD muestra una subida similar entre 9800X3D y 9850X3D, algunos se apresuran a etiquetarlo como un simple refresh. Lo cierto es que, en una plataforma ya madura, con el mismo proceso, el mismo TDP y la misma cantidad de núcleos, cada punto porcentual extra cuesta sudor, silicio y mucha ingeniería en la lógica de boost.
Sin embargo, cuando dejas de mirar solo el duelo 9800X3D contra 9850X3D, el contexto cambia. Frente al Ryzen 7 7800X3D, el nuevo chip saca más de un 20 % de ventaja en PassMark. Y si comparamos con el Ryzen 7 5800X3D, los números se disparan: en torno a un 43 % más en single-core y hasta cerca de un 48 % en multi-core. Para alguien que sigue en AM4, esto ya no es un “retocito”, sino un salto muy real: compilaciones más rápidas, menor tiempo de export en edición de vídeo, escritorio más ágil y, en juegos donde la CPU manda, mínimos y 1 % lows más altos, siempre que la GPU y la RAM estén a la altura.
No hay que olvidar además que el Ryzen 7 9850X3D es solo una pieza de un puzle más grande. Forma parte de toda una familia Zen 5 que incluirá modelos clásicos y otras variantes X3D. Por encima, los focos apuntan ya al Ryzen 9 9900X3D y, sobre todo, al rumoreado Ryzen 9 9950X3D2, un 16 núcleos con 3D V-Cache en ambos CCD. La idea es sencilla: sea cual sea el CCD al que Windows asigne la carga, siempre tendrá núcleos “gordos” con caché enorme. Es un enfoque muy distinto al de las CPUs híbridas de Intel, donde el sistema tiene que decidir constantemente entre núcleos de rendimiento y de eficiencia, con resultados a veces imprevisibles en juegos.
Mientras tanto, al otro lado del ring está Arrow Lake y lo que venga después. Las redes ya se han llenado de memes hablando de “Arrow flop” y de comparativas en las que los nuevos Intel sufren justo en los escenarios donde X3D suele brillar: títulos muy dependientes de la CPU, simulaciones enormes, RTS con cientos de unidades o shooters competitivos que aspiran a 240 FPS. Pero hasta que no veamos reviews completas e independientes, PassMark sigue siendo un dato orientativo, no una sentencia definitiva en la guerra AMD vs Intel.
Más allá de las barras de colores, la decisión de compra se acaba topando con la realidad del bolsillo. Y allí el tema se llama plataforma. Que el Ryzen 7 9850X3D tenga buena pinta no significa que la combinación AM5 + DDR5 salga barata. No es raro encontrar testimonios de usuarios que ven el primer kit de 32 GB DDR5-5600 de la tienda por cifras cercanas a 300–400 euros, con latencias discretas, mientras que hace no tanto se podían encontrar 32 GB DDR5-6000 CL30 por algo más de 100 euros. Con ese panorama, muchos se plantean montar ahora 16 GB y ampliar más adelante, aunque no sea lo ideal para un equipo de largo recorrido.
Detrás de esa subida de precios no solo hay marketing, también hay contexto. El boom de la inteligencia artificial ha convertido la memoria en un recurso estratégico: los grandes de la nube y las empresas de IA están acaparando cantidades masivas de DRAM y HBM para alimentar clústeres de GPU y centros de datos. Cuando unos pocos gigantes se llevan una porción enorme de la producción mundial, el usuario doméstico recibe menos oferta y más cara. El resultado es paradójico: llega una CPU como el Ryzen 7 9850X3D, perfecta para estrujar tarjetas gráficas de gama alta, justo cuando la memoria para acompañarla está más inflada que nunca.
En paralelo, la comunidad ya discute qué lugar ocuparán los X3D en la próxima generación. Hay bromas sobre un hipotético “Zen 6 %” insinuando que el salto será otra vez discreto. Otros se preguntan si un futuro Ryzen “normal” basado en Zen 6, sin caché apilada, podría superar a los actuales X3D en juegos. Lo razonable es admitir que no es una comparación limpia: el 3D V-Cache existe precisamente para dar ventaja en cargas muy sensibles a latencia y acceso a datos, como muchos motores de juego modernos. Más IPC y más frecuencia ayudan, sí, pero difícilmente sustituyen a 96 MB de L3 pegados al CCD.
Tampoco hay que ignorar a otro grupo de usuarios que directamente bosteza con cada nueva filtración de X3D. Para ellos el verdadero objeto de deseo son los futuros Ryzen 9000G, las APUs de escritorio con iGPU lo bastante seria como para montar un equipo compacto sin gráfica dedicada. Para un HTPC de salón, un PC mini-ITX o un setup de entrada, otro ocho núcleos con un alud de caché impresiona menos que una APU con gráficos integrados capaces.
Dentro de la gama Zen 5, el Ryzen 7 9850X3D parece destinado a ocupar el clásico punto dulce del gaming entusiasta: más que suficiente para exprimir una GPU potente, sin pagar el peaje de un 16 núcleos orientado a producción. Por debajo hay opciones como el Ryzen 7 9700X y 9700F con menos caché y TDP recortado, además de los Ryzen 5 para presupuestos más ajustados. Por encima asoman los Ryzen 9 9900X3D y 9950X3D2 para quien mezcla juegos, streaming, edición de vídeo y cargas pesadas en paralelo. En común, todos comparten soporte de DDR5, gráficos integrados RDNA 2 para salir del paso sin GPU y una plataforma AM5 que AMD promete mantener viva varias generaciones.
La pregunta clave, al final, es sencilla: ¿merece la pena planear un salto al Ryzen 7 9850X3D solo por este leak de PassMark? Si ya tienes un Ryzen 7 9800X3D, lo más honesto es decir que no. Cambiar de CPU en el mismo socket por un 5 % extra en sintéticos es un lujo para quien disfruta trasteando con hardware, no una necesidad. Para quienes montaron un 7800X3D, la decisión es más gris: un plus de más del 20 % puede traducirse en mejoras medibles en ciertos juegos y aplicaciones, pero en resoluciones altas el cuello de botella seguirá siendo muchas veces la GPU.
En cambio, el público al que el 9850X3D más claramente apunta es el que sigue en AM4, especialmente con un 5800X3D o CPUs Zen 2/Zen 3 más antiguas. Para ellos el combo de Zen 5, frecuencias más agresivas, segunda generación de 3D V-Cache y las ventajas de AM5 (PCIe 5.0, DDR5, soporte a futuro) sí parece un salto generacional completo. La duda ya no es si el procesador es lo bastante rápido, sino si ahora es el momento adecuado para asumir el coste de memoria y placa base o conviene aguantar un poco más, cruzando los dedos para que los precios bajen.
En resumen, PassMark es una pieza más del puzzle, no la última palabra. Faltan análisis a fondo, con juegos reales, workloads de productividad, pruebas con distintos kits de RAM y mediciones serias de temperaturas y consumo. Lo que sí podemos decir es que AMD no está rompiendo su fórmula X3D, sino puliéndola: algo más de frecuencia, un V-Cache más maduro y una plataforma que ha ido asentando sus problemas iniciales. El Ryzen 7 9850X3D apunta a ser la continuación lógica de una de las mejores CPUs para jugar del mercado. Que esa evolución sea suficiente o no para ti dependerá de dónde vienes, de cuánto cuesta la DDR5 en tu país y de cuánto tiempo piensas quedarte con tu próximo PC.