Andrzej Sapkowski, escritor polaco y creador de la saga The Witcher, volvió a encender la polémica al cargar contra las adaptaciones en videojuegos de su obra. Famoso por su desdén hacia el mundo gamer, Sapkowski afirmó en un reciente AMA en Reddit que la creación de las llamadas “escuelas de brujos” por parte de CD Projekt RED fue una invención “totalmente innecesaria” y alejada del espíritu original de sus libros.
El autor explicó que la primera mención a la “escuela del Lobo” apareció casi de forma accidental en El último deseo, una de sus primeras colecciones de relatos.
Más tarde, él mismo consideró que esa frase era un error narrativo y hasta perjudicial para la coherencia de su universo. Sin embargo, los desarrolladores de CD Projekt la tomaron como base para expandir la mitología con varias escuelas – Lobo, Gato, Grifo, Oso, entre otras – que se volvieron parte fundamental de los juegos. Sapkowski, sin embargo, ve todo esto como una distorsión que nunca quiso aprobar. Incluso insinuó que podría eliminar esa referencia en futuras ediciones de sus libros o reinterpretarla con una explicación sobre el significado de los medallones de brujo.
El autor recalcó que, para él, cada adaptación es una obra independiente y no existe obligación de continuidad con el original. “Traducir palabras en imágenes siempre implica perder algo”, señaló, insistiendo en que la palabra escrita supera a cualquier representación visual. Esta visión ha acompañado a Sapkowski desde siempre y choca de frente con la historia del éxito de The Witcher en el terreno de los videojuegos.
Cuando CD Projekt RED adquirió los derechos, Sapkowski rechazó recibir un porcentaje de las ventas y optó por un pago único. No creía en el potencial de los juegos. El tiempo lo desmintió: The Witcher III: Wild Hunt se convirtió en un fenómeno global y consolidó la imagen de Polonia como potencia creativa en la industria. Al darse cuenta de lo que perdió, Sapkowski exigió posteriormente 16 millones de dólares en regalías adicionales. Tras una disputa legal, ambas partes firmaron un nuevo acuerdo cuyo contenido nunca se reveló públicamente.
La postura del autor divide a los seguidores. Algunos lo acusan de morder la mano que le dio fama mundial, mientras que otros entienden que le moleste ver cómo reinterpretan su mundo de formas que no comparte. En cualquier caso, resulta innegable que sus novelas pusieron la base para que los videojuegos alcanzaran tal reconocimiento internacional e incluso inspiraran la serie de Netflix.
El contraste con Dmitry Glukhovsky, autor de Metro 2033, es evidente. Glukhovsky ha reconocido que Metro 2034 no habría funcionado bien como videojuego y agradeció a 4A Games por expandir su universo en nuevas direcciones narrativas. Mientras unos ven en las adaptaciones una oportunidad de crecimiento, Sapkowski insiste en marcar fronteras y reafirmar la supremacía de la literatura.
Mientras tanto, CD Projekt RED avanza con The Witcher IV, previsto para 2027 o más tarde, y que según rumores tomará inspiración de la novela más reciente del autor, Crossroads of Ravens. Nadie sabe cómo evolucionará la relación entre estudio y escritor, pero algo está claro: Sapkowski no piensa dejar de recordarle al mundo que, para él, las palabras pesan más que cualquier imagen en pantalla.