Apple se prepara para uno de sus movimientos más ambiciosos de los últimos años: el lanzamiento de la serie iPhone 17 en 2025. Según fuentes del sector, la compañía pretende fabricar alrededor de 100 millones de unidades, una cifra bastante más alta que la de la generación anterior.
Para ponerlo en contexto, la línea iPhone 16 arrancó con un objetivo de 90 millones de dispositivos, pero debido a la baja demanda terminó con unos 84 millones.
El iPhone 17 llega con un cambio clave en la estrategia de modelos. El clásico “Plus” desaparecerá para dar paso al nuevo iPhone 17 Air, un modelo más ligero y estilizado. Así, la familia quedará conformada por cuatro versiones: iPhone 17, iPhone 17 Pro, iPhone 17 Pro Max y el Air. Como era de esperar, el Pro Max será el gran protagonista de la producción, seguido del Pro, luego el modelo estándar y finalmente el Air, que tendrá un volumen más reducido.
El motivo es evidente: el Pro Max concentra siempre las innovaciones más potentes – cámaras avanzadas, mayor batería, pantallas exclusivas. Es el modelo premium por excelencia, y cada vez más usuarios están dispuestos a pagar un extra por tener lo mejor que Apple ofrece. Los analistas señalan que esa es la gran apuesta de la marca para impulsar las ventas.
En cuanto a la cadena de suministro, Apple sigue con su estrategia de diversificación. El fabricante chino BOE será responsable de los paneles OLED LTPO del iPhone 17 Pro, mientras que Samsung y LG se repartirán los demás pedidos. Este reparto evita dependencias excesivas de un solo socio y se volvió fundamental tras los problemas globales de producción en los últimos años.
La ubicación de la producción también cobra relevancia. Aunque Apple no detalla porcentajes, los expertos creen que China seguirá llevando la mayor parte del peso, mientras India incrementa poco a poco su participación. Este equilibrio permite a Apple esquivar mejor aranceles y tensiones políticas, especialmente en medio del complicado panorama entre EE.UU. y China. Además, la empresa está empujando a sus proveedores a automatizar más procesos, recortando costos y acelerando los tiempos de fabricación.
En el terreno de la memoria y el almacenamiento, la jugada es similar: Apple se abastece de DRAM y NAND de hasta cinco proveedores distintos. Eso le da margen de negociación en precios y seguridad frente a interrupciones de un fabricante específico.
En definitiva, el objetivo de 100 millones de unidades refleja confianza, pero también riesgo. El flojo desempeño del iPhone 16 fue una advertencia, y ahora el iPhone 17 pretende ser la respuesta. Con el nuevo Air, una clara apuesta por el Pro Max y una red de proveedores diversificada, Apple quiere recuperar impulso frente a rivales como Samsung y las crecientes marcas chinas. A fin de año se sabrá si esta jugada agresiva dio resultado.