Cuando Apple cambia el material de sus iPhones, siempre se arma debate. Y ahora, con los próximos iPhone 17 Pro e iPhone 17 Pro Max, no es la excepción. Según los reportes más recientes, la compañía dejará atrás el titanio y volverá al aluminio. Para algunos suena a retroceso: el titanio se presentó hace poco como símbolo de exclusividad en la gama Pro.
Pero la decisión tiene más matices: rendimiento térmico, sostenibilidad y costos de producción están en juego.
El titanio debutó en 2023 con el iPhone 15 Pro. Tenía ventajas: más liviano que el acero inoxidable, resistente a golpes y con un tacto premium. Sin embargo, su papel en la práctica fue limitado. El chasis interno seguía siendo de aluminio, responsable de disipar la mayor parte del calor. En superficie real, el titanio apenas cubría un 10% del dispositivo. En otras palabras, más marketing que ingeniería.
Con el iPhone 17 Pro, Apple estaría apostando por un diseño unibody completo de aluminio, incluyendo la parte trasera. Esto aumenta considerablemente la superficie disponible para disipar calor, lo que será clave si finalmente se incorpora la cámara de vapor que se rumorea. Los datos son contundentes: el aluminio conduce hasta 33 veces mejor el calor que el titanio. Traducido al uso diario, significa menos sobrecalentamiento al jugar, grabar video en 4K o usar funciones avanzadas de inteligencia artificial.
Pero no se trata solo de técnica. El aluminio es más barato, más fácil de trabajar en grandes volúmenes y tiene menor huella de carbono. Apple viene reforzando su discurso ambiental, y esta jugada le permite respaldarlo con hechos. Al mismo tiempo, la empresa reduce complejidad y costos en un mercado donde los consumidores cada vez miran más el precio final.
Aun así, las reacciones son mixtas. Hay quienes creen que es un simple recorte disfrazado de innovación. Otros señalan que, con la mayoría de usuarios usando fundas, el beneficio térmico se pierde. Y no faltan los que extrañarán la sensación premium del titanio en la mano. Lo cierto es que Apple está cambiando prioridades: ahora pesan más la eficiencia y la sostenibilidad que el brillo de un metal exótico.
En el fondo, la pregunta no es si el aluminio es mejor o peor, sino si se adapta mejor a las necesidades actuales. El titanio llamó la atención, pero el aluminio puede ser la opción más sensata y duradera. La confirmación llegará en septiembre, cuando Apple presente oficialmente los nuevos iPhones y explique cómo este cambio encaja en su estrategia a futuro.