¿Podría Apple volver a cambiar el mundo en 2027 con sus gafas inteligentes?
En 2017, el exanalista de Piper Jaffray y actual socio de Loup Ventures, Gene Munster, lanzó una predicción que muchos consideraron exagerada: si Apple llegaba a lanzar unas gafas de realidad aumentada, estas superarían en importancia al iPhone. En ese momento sonaba a ciencia ficción. Pero casi una década después, y con la tecnología avanzando a pasos agigantados, su idea empieza a parecer menos descabellada. Munster dijo: “En diez años, el iPhone seguirá existiendo, pero representará una parte mucho menor del negocio de Apple, mientras las Apple Glasses conquistan el mercado”. Ahora, a las puertas de 2027, muchos se preguntan si Apple volverá a hacer historia.
El método clásico de Apple: esperar, observar y conquistar
Apple rara vez es la primera en llegar, pero casi siempre es la que termina dominando. La compañía ha hecho de la paciencia una estrategia: deja que otros prueben, fallen y abran el camino. Así lo hizo con los reproductores de música, los teléfonos inteligentes, las tabletas y los relojes. Y ahora podría repetir la jugada con las gafas inteligentes. Google lo intentó con Glass y fracasó. Meta ha insistido con sus Ray-Ban Meta, que han mejorado con la versión Display, pero aún están lejos de ser un producto masivo. Es aquí donde Apple podría dar el golpe definitivo.
La compañía de Cupertino no inventa tecnologías; las transforma en objetos de deseo. No creó el smartphone, pero lo convirtió en una extensión natural de la vida moderna. Con las Apple Glasses, podría hacer lo mismo con la realidad aumentada.
2027: el año en que todo podría cambiar
2027 marcará el vigésimo aniversario del iPhone, y Apple podría aprovechar la fecha para presentar no uno, sino dos productos revolucionarios: un iPhone completamente rediseñado – sin botones, puertos ni marcos visibles – y sus primeras gafas inteligentes. Un doble lanzamiento con potencial simbólico y tecnológico. Sería la forma perfecta de unir pasado y futuro en un solo movimiento.
Informes recientes apuntan a que Apple ha desplazado parte de sus recursos del costoso Vision Pro hacia el desarrollo de las gafas. El Vision Pro, presentado como un “ordenador espacial”, podría haber sido solo un experimento previo: un laboratorio de pruebas para sensores, chips y sistemas de visualización. La verdadera meta sería miniaturizar esa tecnología y crear un dispositivo liviano, funcional y elegante: las Apple Glasses.
¿Tiene Tim Cook la chispa de Steve Jobs?
La gran incógnita no es solo tecnológica, sino humana. Steve Jobs era famoso por su exigencia extrema y su capacidad para motivar – o presionar – a su equipo hasta lograr lo imposible. Tim Cook, en cambio, es metódico, sereno y enfocado en la eficiencia. Bajo su liderazgo, Apple ha alcanzado cifras récord, pero algunos dudan de que tenga la misma energía disruptiva que su predecesor.
Desarrollar unas gafas que combinen potencia, comodidad y autonomía no es tarea fácil. El equilibrio entre diseño, batería y funcionalidad será clave. Pero si hay una empresa capaz de hacerlo con precisión quirúrgica, esa es Apple. Su dominio del hardware, su ecosistema cerrado y su obsesión por los detalles podrían convertir lo que hoy parece un experimento en el próximo gran salto tecnológico.
La revolución de los chips: el motor del futuro
Uno de los pilares de este avance será el nuevo proceso de fabricación de chips de 2 nanómetros de TSMC, previsto para 2026. Este proceso promete un 10% más de rendimiento y hasta un 20% más de eficiencia energética respecto a la generación actual de 3nm que impulsa al iPhone 17. Gracias a esto, Apple podría diseñar procesadores diminutos y potentes, perfectos para un dispositivo que debe ser ligero, rápido y discreto.
Con esta tecnología, las Apple Glasses podrían ofrecer experiencias que hoy parecen ciencia ficción: traducción instantánea al mirar un cartel, direcciones proyectadas en la calle o notificaciones flotando suavemente en el campo de visión. Sería una nueva forma de interactuar con el mundo, sin pantallas ni manos.
El espíritu de Jobs sigue vivo en Apple
Aunque Jobs ya no esté, su legado continúa impregnando la cultura de Apple. Una de las historias más recordadas sobre el primer iPhone cuenta que, poco antes de su lanzamiento, Jobs ordenó reemplazar la pantalla de plástico por una de vidrio porque odiaba los arañazos. Aquella decisión, tomada contra reloj, marcó para siempre el diseño de los dispositivos de la compañía. Esa búsqueda obsesiva de perfección sigue siendo la brújula que guía a Apple, incluso bajo el mando de Cook.
Eso sí, Cook lidera de otra manera: prefiere la estabilidad, la sostenibilidad y el trabajo colaborativo. Pero 2027 podría ser el momento en que tenga que demostrar que también sabe sorprender. Si logra entregar un producto que combine magia, utilidad y emoción, podría consolidar su propio legado junto al de Jobs.
¿Será 2027 el nuevo “momento iPhone”?
Se rumorea que Apple podría presentar sus gafas en 2026 y lanzarlas oficialmente en 2027. Ese margen le daría tiempo suficiente para perfeccionar hardware, software y producción. Incluso si el primer modelo no incluye una pantalla AR completa, el camino hacia unas gafas de realidad aumentada totales ya estaría trazado. Y si alguien puede convertir ese sueño en realidad, es Apple.
Veinte años después del iPhone, el mundo podría presenciar el nacimiento de otra revolución. Y, una vez más, la chispa vendría desde Cupertino.