El Apple Vision Pro llegó al mercado rodeado de una expectativa enorme, pero la recepción entre los consumidores ha sido mucho más fría de lo que la compañía esperaba. Su precio de 3.499 dólares, el tamaño poco práctico y un catálogo limitado de aplicaciones han frenado el entusiasmo del público general.
Desde su lanzamiento en febrero de 2024, se han vendido menos de medio millón de unidades, una cifra modesta para los estándares de Apple, acostumbrada a dominar ventas globales.
Aun así, los números no cuentan toda la historia. Mientras el usuario promedio duda en invertir tanto dinero en un casco de realidad mixta, algunos sectores profesionales han encontrado usos muy valiosos. El Wall Street Journal informó que el dispositivo se emplea en el sector de reformas del hogar: clientes pueden visualizar cómo quedará una cocina remodelada antes de contratar el proyecto. La tienda Lowe’s en San José lo implementa desde hace meses y asegura que la experiencia ha mejorado notablemente la decisión de compra de los clientes.
El alcance del Vision Pro también llega a áreas inesperadas. La empresa francesa Dassault Systèmes lo utiliza en simulaciones moleculares y proyectos de investigación farmacéutica, mientras que la canadiense CAE lo incorporó en entrenamientos de vuelo. Gracias a la calidad de su pantalla y sonido, los pilotos reciben una experiencia de simulación muy realista, difícil de igualar con otros sistemas.
Estos casos dejan claro algo importante: aunque Apple presentó el Vision Pro como un producto pensado para el consumidor doméstico, su verdadero impacto actual se da en entornos especializados y empresariales. Surge entonces la gran pregunta: ¿debería Apple replantear su estrategia y enfocarse en este mercado profesional, o seguir insistiendo en convencer al público masivo? Hoy en día, son las compañías las que están obteniendo el mayor beneficio del dispositivo.
De cara al futuro, se habla de una versión más económica llamada Vision Air, prevista para 2027. Esta edición contaría con un chip de la serie A en lugar de los potentes procesadores M, lo que reduciría costes y abriría la puerta a un público más amplio. Si se concreta, podría ser la oportunidad de Apple para llevar la realidad mixta a más hogares.
Por ahora, el Vision Pro representa tanto una advertencia como una promesa: revela los límites de lo que la gente está dispuesta a pagar, pero también muestra cómo la innovación puede encontrar terreno fértil en sectores que no estaban en el radar inicial de la compañía.