La próxima generación del Apple Watch apunta a ser la actualización más ambiciosa hasta la fecha.
Según DigiTimes, las ventas actuales ya superaron las expectativas en un 10%, y Apple se prepara para un gran salto con el Apple Watch Series 11 y el Watch Ultra 3, previstos para el próximo año.
Una de las funciones estrella será el monitoreo de la presión arterial. No busca reemplazar un dispositivo médico, sino detectar patrones anormales y avisar al usuario a tiempo. Apple también trabaja en la medición no invasiva de glucosa, considerada el “santo grial” de la tecnología wearable de salud. Aunque todavía existen obstáculos técnicos y legales, cualquier avance en este campo sería un logro enorme para todos.
En el interior, los nuevos modelos contarán con el doble de sensores. Eso reducirá la dependencia de los algoritmos y dará más importancia a los datos brutos, lo que debería mejorar la precisión, el rendimiento y la autonomía de la batería.
En cuanto al diseño, los rumores apuntan a una renovación importante, aunque aún sin detalles claros. Si se confirma, el Apple Watch podría dejar de ser solo un accesorio fitness para convertirse en un verdadero dispositivo de salud en la muñeca.
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pura basura electrónica, nada nuevo