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ASUS ROG RTX 5090 Matrix: la GPU de lujo que se frena por la calidad

por ytools
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ASUS ROG RTX 5090 Matrix: la GPU de lujo que se frena por la calidad

ASUS ROG RTX 5090 Matrix: la GPU de lujo que se frena por supuestos problemas de calidad

La ROG RTX 5090 Matrix estaba llamada a ser el gran escaparate de ingeniería de ASUS: una tirada ultralimitada de unas mil unidades en todo el mundo, un precio en la órbita de los 4.000 dólares y la promesa de ser la versión más extrema de una tarjeta que ya es, de por sí, un monstruo de gama alta. Sin embargo, en lugar de un lanzamiento limpio y espectacular, lo que ha empezado a circular son avisos de tiendas que aseguran que ASUS ha detenido el modelo por problemas de calidad. Y cuando una sola tarjeta gráfica cuesta lo mismo que un PC tope de gama completo, cualquier duda se convierte en un tema serio.

Lo más llamativo es que muchos usuarios ni siquiera llegaron a ver la ROG RTX 5090 Matrix realmente en stock. En algunos países apareció fugazmente en la fase de preventa, se agotó en cuestión de minutos y desapareció de los listados. En foros y redes abundan los comentarios irónicos: una GPU de 4.000 dólares, sin una sola review independiente sólida, vendida básicamente a base de hype alrededor de la serie RTX 50 y del logo ROG. FOMO, fe ciega en la marca y ganas de tener algo "único" hicieron el resto.

Qué se supone que ofrece la ROG RTX 5090 Matrix

Dentro del catálogo de ASUS, la familia Matrix siempre ha sido sinónimo de exceso: más fases de alimentación, más capacidad de refrigeración, más overclock de fábrica, más detalle estético. La RTX 5090 Matrix no es una simple versión con RGB extra, sino un producto halo pensado para builds de vitrina con cristal templado, refrigeración líquida y fotos en Reddit. Uno de sus grandes argumentos es un límite de potencia que ronda los 800 W, aproximadamente 200 W por encima de muchas RTX 5090 personalizadas "normales".

En teoría, esa reserva extra de energía permite mantener boosts más altos durante más tiempo y arañar alrededor de un 10% adicional de rendimiento frente a diseños más conservadores. Para quien persigue récords en benchmarks o quiere exprimir cada fotograma en 4K con trazado de rayos, la propuesta es clara: sacrificar eficiencia y factura eléctrica a cambio de estar literalmente en la cima del rendimiento de consumo.

El problema es que el precio escala al mismo ritmo. Mientras que las RTX 5090 custom de gama alta ya se mueven cerca de los 2.000 dólares, la Matrix prácticamente dobla esa cifra. En este rango, el comprador no está pagando solo por FPS, sino por exclusividad: una caja que prácticamente nadie más tendrá y un modelo del que se hablará en la comunidad de entusiastas durante años, para bien o para mal.

Cómo saltó la alarma: foros, tiendas y silencio oficial

Los primeros avisos no llegaron en forma de comunicado de prensa, sino desde la base. En los foros de ROG, un usuario comentaba que no encontraba la RTX 5090 Matrix en stock en ninguna parte, aunque había logrado reservar una unidad en una tienda francesa. Poco después, se enteró de que el comercio todavía no había recibido ninguna tarjeta física y que la fecha de entrega se seguía moviendo.

Otro miembro de la comunidad, bajo el alias FalkorArtax, relató una experiencia muy similar, pero con una respuesta más concreta por parte de su tienda. Según explicó, el distribuidor le informó de que ASUS había comunicado problemas de calidad en la versión actual de la Matrix, que la primera remesa quedaba detenida y que más adelante llegaría una revisión corregida. Sin ficha técnica ni detalles, solo la idea de que lo que iba a llegar a las estanterías ya no saldrá tal cual.

Hasta ahora, ASUS no ha publicado una explicación detallada de lo que está ocurriendo, por lo que los compradores dependen de lo que digan las tiendas y de los rumores en foros. En un producto de precio medio esto ya sería inquietante; en una GPU de 4.000 dólares y tirada limitada, el nivel de nerviosismo es comprensible.

Qué pueden significar esos "problemas de calidad"

La expresión "problemas de calidad" es deliberadamente vaga. Puede referirse a un defecto estético, a una incidencia puntual de fabricación o a algo que amenace la estabilidad y la vida útil de la tarjeta. En una GPU que empuja hasta los 800 W, el margen de error es pequeño. Un diseño de disipación que no reparta bien el calor podría provocar hotspots en la memoria o en el VRM, con throttling prematuro, ruido y desgaste acelerado. Una etapa de alimentación muy al límite durante cargas prolongadas puede traducirse en cuelgues, artefactos o directamente fallos definitivos.

También entran en juego aspectos más "subjetivos" pero críticos a este nivel de precio, como un coil whine excesivo o acabados que no están a la altura del marketing premium. En cualquier caso, si lo que se está deteniendo es toda una primera serie de producción, la conclusión lógica es que ASUS ha visto algo que no quiere dejar pasar en un modelo que, por su precio y su rareza, va a estar bajo lupa desde el primer día.

Por qué duele más en una GPU de 4.000 dólares

La realidad es sencilla: cuanto más pagas, menos tolerancia tienes a cualquier tipo de fallo. En una tarjeta de gama media, un pequeño defecto puede ser perdonable si el conjunto ofrece buen rendimiento por euro. En una edición de lujo, cualquier sombra de duda es inaceptable. El público que se plantea una ROG RTX 5090 Matrix no busca un punto medio; quiere rendimiento extremo, estabilidad absoluta y una sensación clara de estar comprando lo mejor de lo mejor.

Si la Matrix llegara al mercado con temperaturas peores que modelos más baratos, o con un comportamiento inestable a pesar de su límite de potencia más alto, el golpe reputacional sería importante. Muchos ya se preguntan si tiene sentido pagar el doble por un supuesto 10% extra de rendimiento. Si encima hay riesgo de tener que pelear con RMA y soporte técnico, la ecuación deja de cuadrar. Frente a eso, las versiones "normales" y aun así carísimas de la RTX 5090 empiezan a parecer la opción más sensata.

Qué hacer si ya la has reservado (y qué aprender si no)

Si eres de los que alcanzaron a hacer una reserva de la ROG RTX 5090 Matrix, el primer paso es hablar con tu tienda. Pregunta si han recibido una comunicación oficial de ASUS, si tu pedido se mantendrá para la futura revisión o si te ofrecen cancelar y recuperar el dinero. Cada distribuidor gestionará la situación a su manera: algunos preferirán devolver el importe, otros seguirán retrasando la fecha de entrega a la espera de novedades.

Para quienes solo estaban observando de lejos, este episodio es un recordatorio de por qué a veces conviene no ser el primero en lanzarse sobre la versión más extrema de una nueva generación. Las RTX 5090 custom alrededor de los 2.000 dólares, con diseños de refrigeración ya probados y límites de potencia más razonables, probablemente ofrecerán un rendimiento brutal sin meterte en experimentos con 800 W y revisiones de emergencia.

Al final, una GPU de este nivel arrastra todo el sistema: exige una fuente de alimentación de alto nivel, un chasis con flujo de aire muy cuidado, un procesador a la altura y, en muchas regiones, una factura de luz bastante menos amable. Para la mayoría de jugadores exigentes, suele ser más inteligente repartir el presupuesto entre gráfica, CPU, monitor y periféricos de calidad, en lugar de volcar medio presupuesto en una sola pieza que, además, llega con interrogantes.

La lección para los cazadores de productos halo

El caso de la ROG RTX 5090 Matrix resume muy bien los riesgos de ser early adopter justo del modelo más extremo. Estos productos halo llevan el consumo, las temperaturas, los relojes y el precio al límite. Cuando todo sale bien, se convierten en objetos de deseo, portadas de vídeos y piezas de colección. Cuando algo falla, son también los primeros en protagonizar hilos kilométricos de quejas.

Si ASUS ha decidido realmente frenar la primera hornada antes de que las tarjetas lleguen en masa a los usuarios, es una decisión dolorosa pero responsable. Mejor corregir el rumbo ahora que enfrentarse más tarde a una oleada de devoluciones y a un daño de imagen difícil de reparar. Para el consumidor, el mensaje es claro: la mejor RTX 5090 no tiene por qué ser la más rara ni la más ruidosa en marketing, sino la que rinde fuerte, se mantiene fresca y estable, y deja margen en el presupuesto para construir un PC equilibrado a su alrededor.

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