Antes de tener un control en las manos y una tele enfrente, mis aventuras cabían en la palma. Pasaba horas pegado a mi Game Boy, con los ojos rojos y las pilas muriendo. El Game Boy Advance SP me acompañaba al bus, al parque, hasta al baño. Así que, cuando escuché del ASUS ROG Xbox Ally X, pensé: “¡Esto es lo mío!”. Pero no.
La primera impresión fue rara, incluso decepcionante. Solo después de varias semanas jugando y trasteando entendí lo que ASUS intentó hacer – y por qué este híbrido entre consola y PC me dejó dividido entre el asombro y el escepticismo.
Primeras sensaciones
Cuando saqué el Ally X de la caja, no me pareció nada espectacular. No es feo, pero tampoco tiene ese toque elegante que esperas de un dispositivo de mil dólares. Parece un mando gigante con una pantalla pegada en el medio. Eso sí, se siente bien en las manos. Los agarres laterales son cómodos y sus 715 gramos no cansan, incluso tras horas de juego. ASUS incluye un cargador de 65W (en modo Turbo usa hasta 35W), algunos papeles y una pequeña base de cartón. Además, una funda rígida con bolsillo de velcro para el cargador: resistente, pero algo incómoda para sacar el equipo rápido.
La configuración inicial fue un dolor de cabeza – actualizaciones, reinicios, drivers… un clásico. En el modelo comercial, seguro será más fácil. Pero al fin, tras todo eso, aparece la nueva interfaz de Xbox PC App. Y ahí sí, el dispositivo empieza a brillar. El botón Xbox, el lector de huellas, los gatillos con clic preciso: todo se siente premium. El D-Pad es excelente; jugué Celeste casi entero y no falló un salto. Pero la parte de arriba es un caos: ¡cinco botones! Dos de ellos hacen lo mismo. La organización no es precisamente el punto fuerte.
Hardware y diseño
El ROG Xbox Ally X es la joya actual de ASUS. Usa el procesador Ryzen AI Z2 Extreme, con mejor eficiencia energética, RAM más rápida y puertos USB actualizados. También rediseñaron los agarres y le metieron branding de Xbox por todos lados. Pero, seamos sinceros, es más una evolución del modelo anterior que una revolución.
La pantalla sigue igual: 7 pulgadas, IPS Full HD, 120 Hz, 500 nits. ASUS dice que evita OLED para ahorrar batería. Pero muchos no compran esa excusa. Hoy los OLED no consumen más que un LCD, y ofrecen negros infinitos y colores vibrantes. Al final, parece más una decisión de ahorro que de ingeniería.
Rendimiento y batería
La batería es el talón de Aquiles de todos los portátiles potentes, pero aquí la historia cambia un poco. En modo Turbo, Red Dead Redemption 2 me gastó el 50 % de batería en una hora. Bastante razonable. En modo Performance (17W) pude jugar más tiempo sin perder mucho rendimiento. Se nota el trabajo en optimización.
Probé varios juegos: Forza Horizon 5, DOOM: The Dark Ages, Horizon Zero Dawn, Shadow of the Tomb Raider y Red Dead 2. Los resultados:
- Forza Horizon 5: 60 FPS estables, fluido y sin tirones.
- Red Dead 2: unos 40 FPS en Performance, 30 en modo silencioso.
- Shadow of the Tomb Raider: entre 35 y 45 FPS, jugable.
- Horizon Zero Dawn: cerca de 50 FPS con “Favor Performance”.
- DOOM: The Dark Ages: inestable, no recomendable.
- Elden Ring: se crasheó varias veces, especialmente al abrir menús.
- Dying Light: The Beast: un cuelgue al cambiar de zona, luego sin problemas.
En resumen, el Ally X aguanta casi todo lo que le tires. No es perfecto, pero ofrece un rendimiento sólido para un equipo de este tamaño. Y lo mejor: puedes cambiar entre potencia y autonomía sin sentir que pierdes demasiado.
¿Es realmente un Xbox?
No, y ASUS lo sabe. El ROG Xbox Ally X no es una consola Xbox. Es un PC con Windows 11 disfrazado de consola. Tiene interfaz tipo Xbox, sí, pero por dentro es un ordenador completo. Puedes instalar Steam, Epic, GOG, Game Pass PC… pero no esperes tener acceso a toda tu biblioteca de Xbox. Juegos antiguos o exclusivos simplemente no están disponibles. Así que no, no es “tu Xbox en formato portátil”. Es, más bien, un portátil gamer con alma de consola.
Aun así, hay magia en poder llevar tus juegos de PC en la mochila. Jugar Forza o Horizon en el metro es una locura. Pero el lema “Xbox en tus manos” es más marketing que realidad.
¿Vale la pena?
Esa es la gran pregunta. Con un precio de 999 dólares, el Ally X se siente más como un capricho que una necesidad. Si ya tienes un PC gamer, un Steam Deck o una consola, probablemente no te aporta mucho más. Pero si eres un entusiasta que quiere lo último, te encantará.
Comparado con el Ally original o el Steam Deck OLED, las diferencias no justifican el salto de precio. Tiene fallos, bugs, cierres inesperados y un sistema operativo que todavía no entiende lo que significa “experiencia de consola”. Es potente, sí, pero caro.
Pros y contras
Pros | Contras |
---|---|
Diseño cómodo y buena calidad de materiales | No ofrece toda la biblioteca de Xbox |
Buena eficiencia energética y rendimiento estable | Errores y cierres ocasionales en Windows |
Interfaz Xbox atractiva | Precio elevado |
Gran compatibilidad con juegos de PC | OLED ausente, decisión discutible |
Nota final: 7.5 / 10
Lo que dice la comunidad
En redes y foros, las opiniones son intensas. Uno comentó: “OLED gasta menos que IPS desde hace años. ASUS solo quiso ahorrar, es el mismo panel del modelo de 599 dólares con el doble de precio”. Otro usuario fue directo: “Compra el Ally Z1 Extreme cuando esté a mitad de precio, cambia la batería y ponle la nueva interfaz. Mismo rendimiento, sin pagar el sobreprecio”.
Otros se pusieron nostálgicos: “Esto no es Xbox. Doom ya no es Doom. Echo de menos los tiempos del Halo original”. No falta razón: el mercado actual borra fronteras, y esa identidad exclusiva de Xbox parece diluirse.
En resumen, el ROG Xbox Ally X es un producto impresionante, pero demasiado caro para lo que ofrece. Es más una vitrina tecnológica que una consola práctica. Tal vez el próximo modelo encuentre el equilibrio entre potencia, autonomía y precio.