La beta multijugador de Call of Duty: Black Ops 7 ya está disponible en acceso anticipado para quienes reservaron el juego o son suscriptores de Xbox Game Pass.
El 5 de octubre se abrirá al resto de jugadores, pero en sus primeras horas ya apareció un problema de siempre: los tramposos.
A pesar de que Activision y Treyarch habían promocionado con fuerza su sistema anti-trampas renovado, RICOCHET, en redes sociales circulan vídeos donde se ven hacks descarados: aimbots, wallhacks y movimientos imposibles. Lo curioso es que la propia Activision había lanzado un mensaje casi provocador antes de la beta: “Los tramposos intentarán poner a prueba los límites. Eso es justo lo que queremos, porque el Team RICOCHET está observando, aprendiendo y eliminándolos en cuanto aparecen”. Y como era de esperar, la comunidad de cheaters aceptó el reto.
Es cierto que Treyarch ha actuado rápido y muchas de las cuentas denunciadas ya fueron suspendidas. Sin embargo, el debate no está solo en la rapidez de los baneos, sino en la falta de medidas que impidan la entrada de los tramposos desde el principio. Mientras Battlefield 6 implementó protecciones a nivel de Secure Boot que complican mucho la inyección de software externo, Black Ops 7 parece apostar por sanciones posteriores en lugar de bloqueos preventivos.
La duda es inevitable: ¿sirve de algo expulsar a los tramposos después de que ya arruinaron una partida? Técnicamente sí, porque la comunidad se va limpiando poco a poco. Pero para los jugadores que ven su partida destruida por un aimbot, la sensación es de impotencia. Esta guerra eterna entre desarrolladores y creadores de trampas siempre ha existido, pero cuando aparecen en las primeras horas de una beta cerrada, la confianza en la estabilidad a largo plazo queda en entredicho.
Con la llegada de la beta abierta el 5 de octubre, todas las miradas estarán puestas en Treyarch: ¿podrá RICOCHET cumplir lo que promete? Quizá nunca se logre erradicar a los tramposos del todo, pero en una saga como Call of Duty la expectativa es que al menos el caos se reduzca. De lo contrario, la frustración puede eclipsar el entusiasmo por nuevos mapas, armas y modos de juego incluso antes del lanzamiento oficial.