La Casa Blanca sorprendió al abrir oficialmente su cuenta en TikTok, precisamente en la red que durante meses estuvo en la mira de un posible veto en Estados Unidos. El perfil @whitehouse debutó con un video llamativo en el que Donald Trump declaró con fuerza: «Yo soy su voz».
Una puesta en escena que mezcla solemnidad presidencial con la energía ligera y viral propia de la plataforma.
El movimiento resulta tan irónico como estratégico. A pesar de las críticas sobre riesgos de seguridad y los vínculos con China, los 150 millones de usuarios estadounidenses de TikTok – en su mayoría jóvenes – no pueden ignorarse. Con esta jugada, la Casa Blanca convierte un espacio dominado por bailes, memes y trends en un canal político, buscando acercar la figura presidencial a una generación que rara vez sigue ruedas de prensa.
La primera publicación incluyó una leyenda directa y juvenil: «¡América, hemos vuelto! ¿Qué pasa, TikTok?». Una mezcla calculada entre la voz institucional y el lenguaje de la calle, diseñada para sonar cercana. Sin embargo, la ironía es evidente: hace poco el gobierno presionaba por prohibir TikTok, y ahora lo utiliza como escenario de comunicación directa.
Los críticos hablan de teatro político y de un riesgo innecesario para la seguridad nacional. Los defensores, en cambio, lo ven como un movimiento astuto: estar presentes en el feed donde los jóvenes forman opinión cada día. De cualquier forma, el estreno en TikTok demuestra que la política en la era digital se juega también en los videos de pocos segundos, capaces de alcanzar a millones más rápido que cualquier discurso.