Inicio » Sin categorizar » El arriesgado plan de CD Projekt: trilogía de The Witcher con Ciri en solo seis años

El arriesgado plan de CD Projekt: trilogía de The Witcher con Ciri en solo seis años

por ytools
1 comentario 0 vistas

CD Projekt vuelve a apuntar alto, quizá más alto que nunca: el estudio polaco quiere sacar una nueva trilogía de The Witcher, con Ciri como protagonista, en un plazo de unos seis años. En un mercado donde un solo RPG de mundo abierto suele devorar media década de desarrollo, la promesa suena igual de seductora que peligrosa. Y como hablamos de la misma compañía que firmó el legendario The Witcher 3 pero también el caótico lanzamiento de Cyberpunk 2077, la reacción de la comunidad oscila entre el entusiasmo y el meme fácil.

La hoja de ruta se comentó de nuevo en una reciente llamada con inversores, donde el co–CEO Michał Nowakowski insistió en el mismo mensaje: el primer juego de la nueva saga, el que todo el mundo llama por comodidad The Witcher 4, se está construyendo desde hace años en Unreal Engine 5.
El arriesgado plan de CD Projekt: trilogía de The Witcher con Ciri en solo seis años
Ese cambio de tecnología es el corazón del plan. En vez de seguir manteniendo su propio motor, CD Projekt apuesta por la infraestructura de Epic y quiere levantar sobre ella tres títulos consecutivos: primero se levanta la estructura de mundo abierto y sistemas para The Witcher 4, y luego The Witcher 5 y 6 se apoyan en ese mismo esqueleto técnico.

La comparación con el pasado deja claro lo ambicioso del movimiento. The Witcher 2 llegó en 2011; The Witcher 3 aterrizó en 2015. Cuatro años de diferencia para dar un salto de escala enorme, y aun así el juego se fue puliendo durante mucho tiempo después. Hoy el listón es mucho más alto: más contenido, más voces, más cinemáticas, más sistemas y expectativas desorbitadas. Mientras tanto, The Elder Scrolls 6 sigue en una especie de limbo desde su anuncio en 2018, el nuevo Fable lleva años de cocina interna antes de un estreno previsto para 2026 y entre Ghost of Tsushima y su secuela pasará prácticamente un lustro. En ese contexto, tres grandes aventuras de The Witcher en unos seis años suena menos a calendario y más a declaración de intenciones.

Si uno hace números rápidos, el rompecabezas queda más o menos así: CD Projekt ya ha dejado caer que el nuevo The Witcher no llega en 2026, así que 2027 es el primer año realista para ver a Ciri liderar la portada. Si esa fecha se cumple y el estudio de verdad quiere encajar la trilogía en ese plazo de seis años, estaríamos hablando de The Witcher 4 en torno a 2027, The Witcher 5 rondando 2030 y The Witcher 6 cerca de 2033. Los informes financieros indican que varios centenares de desarrolladores ya están volcados en el primer juego, que funciona tanto como inicio de historia como banco de pruebas de todas las herramientas que se usarán después.

Desde la perspectiva de producción, la apuesta tiene lógica. Lo que alarga el desarrollo de un AAA no es solo escribir diálogos y diseñar misiones, sino construir motores, editores, tuberías de datos y miles de recursos visuales y sonoros desde cero. Cada vez que un estudio decide tirar todo y empezar por una nueva tecnología, firma implícitamente ciclos de seis, siete u ocho años entre proyectos. CD Projekt, en cambio, intenta romper esa rueda: Unreal Engine 5 pone la base, The Witcher 4 define el lenguaje de combate, movimiento, progresión, interfaz y comportamiento de la IA, y los dos juegos siguientes, en teoría, se benefician de no tener que rehacer lo mismo. Para el estudio eso significa más lanzamientos a medio plazo y menos periodos de sequía sin novedades fuertes.

La otra cara de la moneda es cómo percibe esto el jugador. Reutilizar sistemas, animaciones y parte de los escenarios es eficiente, pero conlleva el riesgo de que la trilogía se sienta demasiado uniforme. Hay quien ya imagina un hipotético The Witcher 6 que se ve y se juega muy parecido a The Witcher 4, solo que en nuevas regiones del Continente, con enemigos inéditos y una historia diferente. También sobrevuelan sospechas habituales: miedo a que se trocee contenido para repartirlo entre los tres juegos, o a que ciertos arcos narrativos se estiren más de la cuenta para justificar una trilogía completa. En una época en la que el límite entre juego base, expansión gigante y servicio a largo plazo es cada vez más difuso, cualquier plan tan agresivo genera ansiedad.

Y por encima de todo flota el recuerdo de Cyberpunk 2077. Es verdad que CD Projekt invirtió años en rescatar el juego, mejoró versiones de consola, afinó sistemas y lanzó una expansión muy bien recibida. Pero la imagen de aquel estreno lleno de bugs, parches de emergencia y comunicados de disculpa no se borra tan rápido. Por eso, cada vez que la compañía habla de plazos ambiciosos, una parte de la comunidad responde con ironía. No faltan quienes dicen que la empresa sí podrá lanzar tres juegos en seis años, pero que quizá habrá que esperar otros tantos para ver las ediciones definitivas realmente pulidas.

Además, esta nueva trilogía de Ciri no está sola en el tablero. CD Projekt ya confirmó que trabaja en una secuela de Cyberpunk, que el primer The Witcher tendrá un remake moderno y que existen otros proyectos internos y colaboraciones en marcha. Eso significa que talento, presupuesto y tiempo se reparten entre varias producciones de alto riesgo. Surgen dudas inevitables: ¿saldrá Cyberpunk 2 entre dos juegos de The Witcher o tendrá que esperar a que Ciri cierre su arco completo? ¿Podrá el estudio mantener la calidad sin quemar a sus equipos a base de horas extra y presión constante?

La elección de Ciri como protagonista fija es, por sí misma, un punto de fricción. En The Witcher 3, su destino cambiaba por completo según las decisiones del jugador: podía convertirse en cazadora de monstruos o sentarse en el trono de Nilfgaard. A partir de ahora, CD Projekt tendrá que decidir qué futuro es canon o inventar un giro creativo para encajar esas ramas en una única continuidad. Eso hará que algunos fans sientan que su versión de la historia queda invalidada. A esto se suma la pena de muchos por dejar atrás a Geralt y la sensación de que habría sido interesante explorar a un nuevo witcher de otra escuela antes de apostar toda la próxima década a una sola heroína.

En paralelo, la marca The Witcher arrastra todo lo que ha generado la serie de Netflix: discusiones sobre tono, cambios respecto a los libros, representación de personajes y cierta fatiga ante productos que parecen diseñados más para la conversación en redes que para contar una buena historia. Parte del público teme que los juegos sigan una línea demasiado cercana a esa sensibilidad y conviertan a Ciri en una especie de símbolo intocable, en lugar de la figura compleja y contradictoria que muchos descubrieron en The Witcher 3. Si CD Projekt quiere mantener su sello de historias grises, tendrá que construir a una Ciri capaz de equivocarse, de sufrir y de cambiar, no solo una heroína perfecta que siempre tiene razón.

Todo esto sucede mientras la industria del videojuego vive una de sus etapas más inestables en años. Grandes compañías despiden personal, proyectos de largo recorrido se cancelan, los costes se disparan y nadie tiene claro qué modelo de negocio predominará dentro de cinco o diez años. Por si fuera poco, se acerca otra transición de consolas que elevará aún más el listón técnico. En teoría, nuevas herramientas, automatización e incluso cierto uso de inteligencia artificial podrían ayudar a acelerar tareas repetitivas y a cumplir calendarios ambiciosos. En la práctica, muchos jugadores miran con recelo cualquier proyecto que abuse de contenido generado por algoritmos, por miedo a mundos genéricos sin el toque humano que hizo especial a juegos como The Witcher 3.

Con todo este contexto, no sorprende que la reacción al plan de los seis años esté completamente partida. Hay quien sueña con un escenario ideal: The Witcher 4 sale en buen estado, marca un nuevo estándar para la franquicia y, cada tres años, llega un nuevo capítulo enorme que amplía el mapa, profundiza en la vida de Ciri y mantiene viva la saga sin dejarnos una eternidad esperando. Otros miran el historial de CD Projekt, suman retrasos probables, cambios internos y golpes del mercado, y calculan que la trilogía, en la realidad, podría alargarse fácilmente a nueve o diez años. Para algunos, esa seguridad al presentar una trilogía entera recuerda a la forma en que cineastas como James Cameron anuncian varias secuelas antes de que el primer capítulo haya demostrado nada.

Al final, la nueva trilogía de The Witcher es, sobre todo, una apuesta: usar una base tecnológica común, planear la narrativa a largo plazo y tratar de imponer orden en un sector que rara vez respeta los planes a largo plazo. Si CD Projekt de verdad ha aprendido de los golpes de Cyberpunk 2077, si controla las expectativas y se permite retrasar lo que haga falta para no sacrificar calidad, la próxima década podría dejarnos una saga de fantasía a la altura del legado de The Witcher 3. Si, en cambio, las fechas pesan más que el juego, la historia de Ciri corre el riesgo de convertirse en otro ejemplo de cómo los calendarios bonitos en las presentaciones chocan de frente con la realidad del desarrollo.

También te puede interesar

1 comentario

BinaryBandit December 10, 2025 - 9:04 am

Si fuera CDPR hablaría menos de fechas y enseñaría más juego funcionando. Después de 2077, cualquier calendario suyo viene con asterisco de serie

Responder

Deja un comentario