El nuevo CEO de Intel, Lip-Bu Tan, asumió el cargo en marzo de 2025 con grandes expectativas sobre su capacidad para revertir la situación de la empresa. Sin embargo, desde su llegada, las opiniones sobre Intel han sido mixtas, con un tono general de escepticismo. En un análisis reciente, Gary Mobley de Loop Capital expresó dudas sobre la estrategia de Intel, dándole una calificación de ‘Mantener’ y un precio objetivo de 25 dólares para sus acciones. Mobley señaló un gran desafío: la dependencia de Intel en la fabricación avanzada de TSMC para seguir siendo competitiva frente a AMD, NVIDIA y ARM. Aunque asociarse con TSMC podría mejorar la competitividad de Intel, también plantea problemas. Los altos costos fijos de la compañía dificultan su crecimiento sin grandes volúmenes de pedidos de su propia división de productos.
Mobley cree que, si Intel pudiera separar su división de fundición del resto de la empresa, la situación podría mejorar y ofrecer una perspectiva más optimista.
Las dificultades de Intel también fueron destacadas por Wells Fargo, que considera que aún es demasiado pronto para afirmar que la empresa ha logrado una recuperación total. Aunque el banco ve potencial en las futuras actualizaciones de Intel, especialmente en el proceso 18A y las mejoras en los rendimientos, todavía hay preocupaciones. El lanzamiento de los procesadores Xeon Diamond Rapids basados en 18A es incierto, y la escalabilidad de los procesadores Panther Lake podría no ocurrir hasta mediados de 2026. Además, AMD sigue ganando participación de mercado, lo que aumenta la presión sobre Intel.
No obstante, también hay buenas noticias para Intel. Según un informe de KeyBanc, el proceso 18A de Intel mostró una mejora del 5 % en los rendimientos, superando el proceso SF2 de Samsung y acercándose al proceso de 2 nm de TSMC. Las acciones de Intel han subido ligeramente, y la empresa se prepara para anunciar sus resultados del segundo trimestre esta semana.