China ha dado un paso gigante hacia el futuro de las telecomunicaciones al presentar el primer chip “de todas las frecuencias” del mundo. Desarrollado por investigadores de la Universidad de Pekín, este diminuto componente es capaz de trabajar en todo el espectro inalámbrico, desde 0,5 hasta 115 GHz.
Con él, las velocidades de descarga superarían los 100 Gbps, dejando al 5G actual – que rara vez pasa de 1 Gbps – en el pasado.
El chip, más pequeño que una uña, sustituye nueve sistemas de radio diferentes que hoy se necesitan en los móviles para funcionar con distintas bandas. Ahora todo se concentra en un único dispositivo que se adapta dinámicamente, consume menos energía y mantiene un rendimiento estable. Según Shu Haowen, uno de los autores del proyecto, este logro representa “un equilibrio sin precedentes entre tamaño, consumo y potencia”.
¿Qué significa esto en la práctica? Que descargar una película en 8K de 50 GB podría tomar solo unos segundos. Aplicaciones críticas como operaciones médicas holográficas a distancia o experiencias inmersivas de realidad virtual serían posibles gracias a su compatibilidad con ondas milimétricas y frecuencias terahercio. Además, el chip garantiza transiciones fluidas: puede pasar de una señal de baja frecuencia en un entorno rural a conexiones ultrarrápidas en una gran ciudad sin cortes.
En pruebas reales, alcanzó velocidades superiores a 100 Gbps por canal, casi 100 veces más rápido que la experiencia 5G promedio en Estados Unidos. El tiempo de cambio entre frecuencias fue menor a 180 microsegundos, más veloz que un parpadeo. También es capaz de detectar interferencias y buscar de inmediato un canal libre para mantener la calidad de la conexión.
Para el profesor Wang Xingjun, la avalancha de dispositivos conectados hace urgente acelerar la llegada del 6G. Unificar frecuencias y reducir la latencia podría convertirse en la base de la próxima generación de redes. El siguiente paso es el desarrollo de módulos plug-and-play, del tamaño de un pendrive, para integrarlos en móviles, drones, estaciones base e incluso redes gestionadas con inteligencia artificial.
Aunque la adopción masiva del 6G en Estados Unidos no se espera hasta 2030, la carrera mundial ya está en marcha. Organismos como la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU-R) y la 3GPP ya trabajan en el marco de IMT-2030. Con este avance, China ha acelerado notablemente la competencia y ha dejado claro que el futuro de la conectividad está mucho más cerca de lo que se pensaba.