El posible regreso del chip NVIDIA H20 al mercado chino ha generado un terremoto político en Washington.
Mientras la Casa Blanca lo justifica como parte de una estrategia comercial mayor, varios legisladores lo ven como una amenaza directa a la seguridad tecnológica de EE.UU.
En abril de 2025, el gobierno estadounidense impuso restricciones severas a la exportación del chip H20, lo que obligó a NVIDIA a dar por perdido un enorme inventario. Sin embargo, ahora la empresa asegura que recibió señales positivas por parte del gobierno y que ya está preparando la solicitud para retomar las ventas a China.
El congresista John Moolenar, presidente del comité especial sobre el Partido Comunista Chino, salió al cruce: “El H20 es un chip potente que, según nuestra investigación, ayudó al auge de empresas chinas de IA como DeepSeek. No podemos darnos el lujo de regalar nuestra ventaja tecnológica.”
Y mientras en EE.UU. se debate, Huawei sigue avanzando. Su chip Ascend 910C, una mejora del 910B, está cerca del rendimiento del H100 de NVIDIA, lo que pone más presión sobre la competencia global en IA.
Por su parte, David Sacks, asesor de la Casa Blanca en temas de IA y criptomonedas, defendió la flexibilización como parte de una negociación con Beijing. Según él, permitir que NVIDIA regrese a China puede frenar el crecimiento de Huawei y mantener una cierta influencia tecnológica en la región.
Pero la figura de Sacks también es polémica. Su pasado en el mundo cripto y de startups despierta dudas sobre su rol en decisiones estratégicas. ¿De verdad alguien conocido por NFTs debería tener voz en la política tecnológica?
La puja por el H20 es el reflejo de un conflicto mayor: la carrera global por la supremacía en inteligencia artificial. Mientras unos ven oportunidad, otros temen que EE.UU. termine reforzando al mismo rival que busca contener.