Científicos australianos acaban de anunciar el hallazgo de una nueva especie de ballena prehistórica que parece sacada de un juego de Pokémon. Llamada Janjucetus dullardi, vivió hace unos 25 millones de años. 
Sus enormes ojos saltones le daban un aire simpático, pero en realidad era un depredador feroz.
Erich Fitzgerald, curador principal del Museums Victoria Research Institute, explicó que el animal parecía “una mezcla rara entre ballena, foca y Pokémon”. Sin embargo, pese a lo adorable de su aspecto, no era nada inofensiva: incluso de joven medía lo mismo que una cama individual y tenía una dentadura perfecta para cazar. Algunos investigadores creen que pudo haber tenido pequeños muñones como patas, lo que lo hacía parecer todavía más un jefe final de videojuego.
Janjucetus dullardi pertenecía al poco común grupo de los mamalodóntidos, ballenas primitivas que vivieron entre 34 y 23 millones de años y que dieron origen a las actuales ballenas jorobadas y rorcuales aliblancos. En términos Pokémon, sin duda sería de tipo Agua con un ataque de mordida devastador.
El fósil fue encontrado en una playa por Ross Dullard, director de colegio y aficionado a la paleontología. Pasaron seis años de investigación hasta que el descubrimiento fue confirmado oficialmente esta semana. Para Dullard, fue un sueño cumplido: “Las mejores 24 horas de mi vida”, dijo, recordando que sus alumnos lo recibieron con choques de manos al día siguiente. Durante años, confesó, había tenido noches en vela pensando en esa ballena.
No se puede atrapar en una Pokébola, pero Janjucetus dullardi demuestra que la naturaleza siempre diseñó criaturas más locas que cualquier videojuego.