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Charlie Cox sobre Clair Obscur: Expedition 33 y por qué su nominación debería llevar otro nombre

por ytools
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En la temporada de The Game Awards siempre hay polémicas, favoritos y sorpresas, pero pocas historias han llamado tanto la atención como la de Charlie Cox en Clair Obscur: Expedition 33.
Charlie Cox sobre Clair Obscur: Expedition 33 y por qué su nominación debería llevar otro nombre
El actor, conocido mundialmente por dar vida a Daredevil, está nominado a Mejor Interpretación por su papel como Gustave. Sin embargo, cada vez que le preguntan por el premio, Cox repite lo mismo: si alguien merece la ovación, es el actor francés de captura de movimiento Maxence Cazorla, el hombre que puso el cuerpo, la postura y los gestos del personaje.

En un evento reciente en México, Cox confesó que se siente agradecido y honrado por la nominación, pero también un poco incómodo con la idea de acaparar méritos que, en su opinión, son compartidos. Recordó que Cazorla estuvo presente en casi todas las sesiones de mocap, definiendo cómo camina Gustave, cómo baja los hombros cuando el peso del mundo se le viene encima, cómo se coloca instintivamente delante de sus compañeros cuando ve peligro. Cuando Cox entró al estudio de grabación, el esqueleto emocional del personaje ya estaba ahí: una interpretación física muy precisa sobre la que él solo añadió la capa de la voz.

Esa humildad encaja sorprendentemente bien con el tipo de héroe que representa Gustave dentro del juego. No es un elegido grandilocuente ni un salvador perfecto, sino un tipo con los pies en la tierra, lleno de dudas, miedos y cicatrices, que aun así decide seguir avanzando. Muchos jugadores comentan que la voz de Cox aporta justo ese matiz: calidez, cansancio, vulnerabilidad y un punto de fragilidad que hacen que Gustave se sienta más como una persona real que como un modelo 3D bien iluminado. Aun así, buena parte de la comunidad insiste en que el actor se infravalora y que su trabajo vocal es clave para que el personaje funcione.

Mientras Cox desvía el foco hacia su compañero francés, Clair Obscur: Expedition 33 vive su propio momento histórico. El RPG se ha convertido en el niño mimado de la crítica y llega a The Game Awards con una lista de nominaciones de vértigo: Mejor Dirección, Mejor Narrativa, Mejor Dirección de Arte, Mejor Banda Sonora y Música, Mejor Audio, Mejor RPG, Mejor Juego Independiente y Mejor Debut de Estudio Indie, además del gran título de Juego del Año. En redes y foros se repite una broma que es, en realidad, un piropo disfrazado: para muchos, Expedition 33 es el segundo mejor juego de rol de los últimos diez años, solo por detrás de Baldur’s Gate 3. Estar en ese podio imaginario ya dice bastante.

La categoría de interpretación, sin embargo, está especialmente competida. Junto a Cox figuran otros nombres asociados al proyecto, como Ben Starr y Jennifer English, que se han ganado legiones de fans con personajes intensos y llenos de matices. Entre la comunidad también resuena con fuerza el nombre de Andy Serkis, auténtico símbolo del trabajo en captura de movimientos, y no son pocos los que se preguntan cómo es posible que no aparezca entre los nominados. De ahí nace nuevamente una vieja reivindicación: separar de forma clara la actuación puramente vocal de las interpretaciones completas en mocap, donde el actor trabaja con voz, cuerpo, mirada y expresión facial al mismo tiempo.

Ahí es donde la postura de Cox cobra un tono casi político. En una industria que adora poner rostros de Hollywood en los pósters y en los tráilers para vender más copias, él utiliza precisamente su fama para arrastrar a la conversación a quienes suelen quedar enterrados en los créditos. Algunos fans especulan abiertamente con que su nombre en la lista también ayuda a subir la audiencia del show: un rostro conocido siempre es un buen reclamo para la gala. Pero en lugar de aprovechar ese escaparate para inflar su ego, Cox lo está usando para recordar que detrás de Gustave hay un actor que se pasó horas en un traje ajustado lleno de sensores.

Su discurso no parece un relato fabricado a última hora por el equipo de prensa. Meses antes, cuando apenas empezaban a circular las primeras impresiones del juego, el actor ya admitía que se sentía un poco impostor cuando la gente se deshacía en elogios hacia su trabajo en Clair Obscur. Contó que grabó todas sus líneas en cuestión de unas pocas horas de estudio, lejos del maratón de años que vivieron diseñadores, animadores, compositores y el propio equipo de mocap. En otra entrevista se rió de sí mismo al confesar que lleva tanto sin jugar en serio que su recuerdo más nítido de videojuegos sigue siendo la época de Mario 64, algo que para muchos jugadores de hoy suena casi prehistórico.

Mientras tanto, quienes sí están al día son los jugadores que se han lanzado a la aventura de Expedition 33. No faltan testimonios de gente que casi abandona el juego por culpa del sistema de parry: exigente, milimétrico y absolutamente implacable en los combates más duros. Varios reconocen que lo dejaron aparcado tras unos cuantos enfados… solo para volver semanas después, arrastrados por el boca a boca, por los tráilers y por esa estética de cuadro en movimiento que se queda grabada en la memoria. Cuando regresan, descubren un RPG que combina mecánicas modernas con una sensibilidad muy clásica: historia centrada en los personajes, decisiones con peso y un grupo de protagonistas por los que de verdad apetece pelear.

Gustave, en todo esto, funciona como una especie de ancla emocional. Es el punto de vista a través del cual el jugador entra en ese mundo extraño y bello, y la mezcla entre el lenguaje corporal diseñado por Cazorla y la voz quebrada de Cox es lo que hace que sus dudas, su cansancio y sus pequeñas victorias se sientan propias. Incluso quienes consideran que otras interpretaciones del reparto están por encima en términos de intensidad pura, reconocen que Gustave es el personaje al que más ganas tienes de ver salir adelante.

La discusión en torno a esta nominación se inserta en un debate más amplio sobre la actuación en videojuegos. A medida que la captura de movimientos se hace estándar y las herramientas de animación facial avanzan, se vuelve cada vez más difícil trazar una línea entre doblaje y actuación completa. Muchos jugadores piden que los premios se adapten a esa realidad y den espacio diferenciado a la voz, al mocap y, por qué no, a trabajos de conjunto. Cuando Cox insiste en nombrar a Maxence Cazorla como verdadero artífice del personaje, en el fondo está defendiendo esa misma idea desde dentro del sistema.

Al final, puede que Charlie Cox gane el premio o puede que se quede sentado aplaudiendo a otra persona. Pero su postura ya ha dejado huella. En un año cargado de grandes superproducciones y actuaciones espectaculares, él está usando uno de los focos más grandes de la industria para recordar algo muy sencillo: un buen personaje en un videojuego casi nunca es obra de un solo nombre. Si Clair Obscur: Expedition 33 termina arrasando en The Game Awards, no será solo la victoria de un RPG estilizado y ambicioso, sino también un pequeño triunfo para la idea de que el crédito debe repartirse tan generosamente como el esfuerzo que lo hizo posible.

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