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Cambio de pasta térmica en la tarjeta gráfica: guía práctica

por ytools
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Cambio de pasta térmica en la tarjeta gráfica: guía práctica

Cómo cambiar la pasta térmica de una tarjeta gráfica: guía completa paso a paso

Las tarjetas gráficas modernas son auténticas bestias de cálculo, capaces de mover juegos exigentes y programas de edición complejos. Pero toda esa potencia genera mucho calor. Para que no se sobrecalienten, se utiliza un elemento clave: la pasta térmica. Esta sustancia se coloca entre el chip de la GPU y el disipador de calor, rellenando las microimperfecciones y mejorando la transferencia térmica. Con el paso del tiempo, la pasta se seca, pierde efectividad y la tarjeta comienza a calentarse más de la cuenta. Cambiarla es una de las mejores formas de prolongar la vida útil del hardware y mantener un rendimiento estable.

En esta guía te contamos cuándo es necesario sustituir la pasta térmica, qué herramientas necesitas, cómo desmontar y volver a montar la tarjeta sin riesgos, y cuánto cuesta aproximadamente hacerlo en casa. Aunque pueda sonar complicado, con paciencia y las herramientas adecuadas, cualquiera puede hacerlo sin necesidad de pagar un servicio técnico.

¿Cuándo hay que cambiar la pasta térmica?

La frecuencia depende directamente del uso. Si juegas todos los días a títulos pesados, haces edición de video, renderizado 3D o trabajos que exprimen al máximo la GPU, lo ideal es cambiar la pasta una vez al año. Para un uso más moderado, como navegar, ver películas o jugar ocasionalmente, basta con sustituirla cada dos o tres años.

Una pasta vieja se endurece y deja de conducir bien el calor. Esto se traduce en temperaturas más altas, ventiladores girando más fuerte (y por lo tanto más ruido) y reducción automática de frecuencias (throttling) para evitar daños. En casos extremos, el equipo puede apagarse de forma repentina. Si notas que tu GPU se calienta más de lo normal y no es por polvo ni mala ventilación, probablemente la pasta ya cumplió su ciclo. Programas como MSI Afterburner, HWMonitor o GPU-Z te ayudarán a confirmarlo.

Ojo: si tu tarjeta aún está en garantía, no la abras por tu cuenta, porque la perderás. En ese caso, recurre al servicio técnico autorizado. Una vez vencida la garantía, hacerlo en casa es una excelente opción.

Herramientas necesarias

Para hacerlo bien, necesitas las herramientas correctas. Improvisar puede salir caro. El kit básico incluye:

  • Pasta térmica: con conductividad mayor a 8 W/mK. Ejemplos: Arctic Silver 5, Thermal Grizzly Kryonaut, Thermalright TF9.
  • Pads térmicos: para chips de memoria y VRMs. Es importante que sean del grosor adecuado (0,5 mm o 1,5 mm según la zona).
  • Juego de destornilladores de precisión: idealmente un set multifunción como el Bort BTK-117.
  • Espátula plástica o paleta: para desconectar cables delicados y extender la pasta.
  • Alcohol isopropílico (≥90%) y paños: para limpiar la pasta vieja.
  • Tijeras: para cortar los pads a medida.

Este kit también te servirá para otros arreglos electrónicos, por lo que es una inversión útil.

Paso 1: Retirar la tarjeta gráfica

Apaga el PC, desenchúfalo de la corriente y mantén presionado el botón de encendido unos segundos para descargar la electricidad residual. Abre la caja y localiza la GPU.

Desconecta los cables PCIe presionando la pestaña de seguridad. Luego, retira los tornillos que sujetan la tarjeta al chasis. Por último, libera la pestaña del slot PCIe en la placa base y tira con cuidado hacia arriba. Siempre sostén la tarjeta con ambas manos para evitar doblar el PCB.

Paso 2: Desmontar la tarjeta

Colócala en una superficie limpia y antiestática. Dale la vuelta y desenrosca los tornillos de la parte trasera que fijan el disipador. En una RTX 2070 Super, por ejemplo, son siete.

Levanta el disipador con cuidado, teniendo en cuenta que aún pueden estar conectados cables de ventiladores o iluminación. Desconéctalos suavemente con la espátula plástica o con los dedos. Una vez libres, separa por completo el sistema de refrigeración de la placa.

Hazlo con calma, sin forzar, para no dañar conectores ni pistas.

Paso 3: Limpiar y aplicar la nueva pasta térmica

Quita primero los pads antiguos y limpia las superficies con alcohol isopropílico. No uses los dedos para evitar grasa o suciedad.

Limpia el chip de la GPU hasta que quede brillante. Para restos secos en los bordes, usa la espátula plástica. Nunca uses herramientas metálicas.

Corta los nuevos pads al tamaño correcto y colócalos en la memoria y los VRMs. Es crucial respetar el grosor para asegurar un buen contacto.

Aplica un poco de pasta térmica en el centro del chip, del tamaño de un grano de arroz o guisante. Extiéndela de manera uniforme con la espátula o deja que el disipador la distribuya al montarlo.

Reconecta los cables, coloca el disipador encima y atornilla en forma de cruz para repartir la presión de manera uniforme.

Paso 4: Volver a instalar la tarjeta

Inserta la tarjeta en el slot PCIe hasta que haga clic la pestaña. Atornilla de nuevo al chasis y reconecta los cables de alimentación. Enciende el equipo y monitoriza la temperatura en juegos o pruebas de esfuerzo. Notarás una bajada de varios grados y un funcionamiento más silencioso.

¿Cuánto cuesta?

Si tienes que comprar todo, calcula unos 45–50 € (aprox. 3600 rublos):

  • Pasta térmica (ej. Thermalright TF9-1.5G): ~15 €
  • Pads térmicos: ~20 €
  • Set de herramientas: ~12 €
  • Alcohol y paños: ~3 €

Si ya tienes herramientas, solo necesitarás pasta y pads. El trabajo tarda entre 20 minutos y 1 hora, según tu experiencia. Con práctica, se convierte en un mantenimiento rutinario.

Conclusión

Cambiar la pasta térmica de una GPU no es tan difícil como parece. Con calma y las herramientas adecuadas, puedes alargar la vida útil de tu tarjeta, reducir el ruido y mantener un rendimiento constante. Un pequeño cuidado que marca una gran diferencia.

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