La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó el último recurso de Google en el caso antimonopolio por el Play Store, marcando un precedente histórico para el mundo de las apps.
Con esta decisión, el gigante tecnológico deberá abrir su ecosistema Android a una competencia real, algo que los desarrolladores ven como una victoria largamente esperada.
Todo comenzó cuando Epic Games demandó a Google por imponer una comisión del 30% en las compras dentro de las aplicaciones, lo que muchos calificaron como un “impuesto abusivo”. En 2023 y 2024, el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito falló a favor de Epic Games, declarando las prácticas de Google como anticompetitivas. La empresa apeló ante la Corte Suprema, pero ahora el máximo tribunal ha puesto punto final: Google perdió. A partir del 22 de octubre, deberá aplicar profundas reformas en su tienda de aplicaciones.
Los desarrolladores podrán implementar sus propios sistemas de pago y redirigir a los usuarios a sus sitios externos sin las molestas advertencias que antes mostraba Google. Además, la compañía no podrá ofrecer incentivos económicos a fabricantes o compañías telefónicas para evitar la instalación de tiendas de terceros. En un plazo de tres años, esas tiendas deberán tener visibilidad dentro del propio Play Store y acceso completo a su catálogo. Una revolución que promete cambiar el panorama del ecosistema Android.
Para muchos, esta decisión representa un golpe a la monopolización tecnológica. Durante años, marcas como Google, Samsung y Xiaomi fueron criticadas por incluir aplicaciones preinstaladas difíciles de eliminar. Ahora, el poder podría volver poco a poco a las manos de los usuarios y los desarrolladores independientes. Una victoria que muchos ya celebran.