Cuando DOOM: The Dark Ages salió al mercado este año, pocos imaginaban que en apenas un mes id Software lanzaría una de las actualizaciones gráficas más ambiciosas de la saga. El 18 de junio de 2025 llegó un parche que incluyó soporte completo para path tracing junto con la tecnología NVIDIA DLSS Ray Reconstruction.
Con ello, el juego se colocó a la altura de títulos como Cyberpunk 2077, Alan Wake 2 o Black Myth: Wukong, que hoy marcan la pauta en gráficos de última generación.
En una entrevista publicada por NVIDIA, Billy Khan, Director de Tecnología de Motor en id Software, explicó que el equipo necesitó alrededor de seis meses para implementar el path tracing en el motor id Tech 8. Para quienes no estén familiarizados, esta técnica va más allá del ray tracing convencional: simula la luz y las sombras de manera físicamente precisa, eliminando atajos visuales. El resultado son reflejos más realistas, sombras más suaves y ambientes con una iluminación que transmite mayor naturalidad y atmósfera cinematográfica.
Khan subrayó que no se trata de un simple efecto visual: “El path tracing ahora forma parte de id Tech 8. Seguiremos investigando y desarrollando en esta área, evaluando siempre si realmente aporta valor a cada juego y a los jugadores”. Es decir, DOOM: The Dark Ages sirvió de campo de pruebas, y futuros proyectos podrían llevar la tecnología más lejos si el hardware lo permite.
Y es precisamente ahí donde surgen las dudas. Muchos jugadores critican que solo las tarjetas gráficas más potentes pueden aprovechar esta característica. Khan señaló que la adopción podría acelerarse si las próximas GPU de AMD cumplen con los rumores de mejoras drásticas en ray tracing. Mientras tanto, la clave ha estado en las optimizaciones de NVIDIA. Tecnologías como Shader Execution Reordering (SER) y Opacity Micro-Maps (OMM) fueron esenciales para hacer viable el path tracing. En particular, SER reorganiza las tareas de sombreado, evitando cálculos inútiles y garantizando un rendimiento mucho más estable en escenas exigentes.
Otra pieza decisiva fue DLSS Ray Reconstruction, que reemplaza los métodos clásicos de reducción de ruido. Gracias a la inteligencia artificial, los gráficos ganan en nitidez, desaparecen los borrones y los detalles se aprecian con mayor claridad. Según Khan, esta innovación fue lo que permitió mostrar todo el potencial del path tracing en DOOM: The Dark Ages.
Aun así, la comunidad se mantiene dividida. Algunos consideran que The Dark Ages es el DOOM más impresionante visualmente hasta la fecha, con castillos góticos y campos de batalla demoníacos que parecen sacados de una película. Otros creen que el estudio perdió meses en una función que solo una minoría con PCs de gama alta puede disfrutar. También abundan las quejas por desenfoques y caídas de FPS, reavivando el eterno debate: ¿es mejor priorizar gráficos punteros o más contenido jugable?
En definitiva, DOOM: The Dark Ages se ha convertido tanto en una vitrina tecnológica como en un tema polémico. Si el path tracing se convierte en estándar en los próximos shooters dependerá no solo de la visión de los desarrolladores, sino también del hardware que los jugadores puedan pagar. Por ahora, el esfuerzo de seis meses de id Software deja un mensaje claro: DOOM sigue apostando por empujar los límites gráficos, aunque no todos estén preparados para seguir ese ritmo.