Electronic Arts (EA), una de las editoras de videojuegos más grandes del mundo, estaría a punto de dar un giro histórico. Según un informe del Wall Street Journal, la compañía negocia un acuerdo de unos 50 mil millones de dólares para abandonar la bolsa y convertirse en una empresa privada.
De concretarse, sería la compra apalancada más grande de la historia, superando la adquisición de TXU, una empresa energética, en 2007 por 31,8 mil millones.
Entre los inversores mencionados se encuentran la firma de capital privado Silver Lake, el fondo soberano saudí Public Investment Fund (PIF) y Affinity Partners, manejada por Jared Kushner, yerno del expresidente estadounidense Donald Trump. El anuncio oficial podría llegar en cuestión de días. Los rumores ya provocaron una reacción inmediata en el mercado: la capitalización de EA subió casi un 15 %, de 43 a unos 48 mil millones de dólares.
Para Arabia Saudita, este movimiento es parte de su estrategia de expansión en entretenimiento y videojuegos dentro del plan Visión 2030. El PIF ya posee cerca del 10 % de EA, compró acciones en Nintendo y, a través de Savvy Games, adquirió compañías como Scopely y Niantic. Sin embargo, críticos advierten que estas inversiones no buscan solo rentabilidad, sino también poder político y cultural, algo que incomoda a muchos jugadores y organizaciones de derechos humanos.
Silver Lake tiene experiencia en el sector, con inversiones en Unity Technologies. En cambio, la participación de Affinity Partners despierta polémica por las cuestionadas conexiones financieras de Kushner en Medio Oriente. Jugadores y analistas temen que franquicias como Battlefield, The Sims o Mass Effect terminen sacrificadas en favor de decisiones centradas únicamente en el dinero.
No obstante, algunos expertos ven una oportunidad: al no depender de las exigencias trimestrales de la bolsa, EA podría tener más margen para enfocarse en proyectos de calidad a largo plazo. Pero el riesgo es alto: este tipo de operaciones suelen endeudar a las empresas hasta niveles críticos. El caso de Toys R Us es un recordatorio: pese a ser rentable, colapsó por no poder pagar la deuda generada tras su compra apalancada.
El momento es crucial. EA lanzó recientemente EA Sports FC 26 y Madden NFL 26, mientras DICE se prepara para estrenar Battlefield 6, considerado clave para el futuro de la saga. La gran pregunta es cómo afectará esta operación multimillonaria a los estudios, a los juegos y a la cultura de la compañía. Lo único claro es que la posibilidad de que EA quede en manos de un fondo saudí, un político-inversor estadounidense y una firma de capital privado ya divide profundamente a la comunidad gamer.