La administración Trump no se conforma con Intel y ahora analiza tomar participación también en Micron, Samsung y TSMC.
Según Reuters, la idea es convertir los subsidios del CHIPS Act en acciones, lo que transformaría las ayudas públicas en propiedad directa del gobierno dentro de las grandes fabricantes de chips.
Intel ya recibió 7,9 mil millones de dólares bajo este programa, pero esa cifra no alcanza para un 10% de participación. Haría falta más dinero federal. El mismo esquema podría aplicarse a los demás: TSMC tiene asignados 6,6 mil millones, Micron 6,2 mil millones y Samsung 4,75 mil millones. De concretarse, Washington pasaría a tener voz y voto en todas ellas.
Es un giro drástico: en vez de limitarse a subsidiar la producción nacional, Estados Unidos entraría como accionista en compañías que ni siquiera son estadounidenses, como Samsung y TSMC. Para los inversionistas esto significa riesgo de dilución masiva de acciones, con posible presión a la baja en los precios. Intel ya lo sintió: su acción cayó en el after hours tras conocerse la noticia.
El movimiento refleja hasta qué punto los semiconductores se han convertido en la pieza central de la competencia global por el poder tecnológico. Los chips ya no son simples componentes: son la nueva moneda de la geopolítica. El CHIPS Act nació para reforzar la producción doméstica y proteger la cadena de suministro, pero la Casa Blanca ahora apunta a un rol mucho más intervencionista.
Los críticos advierten que una dilución del tamaño de TSMC sería devastadora para los accionistas, dado que su capitalización bursátil es más de seis veces la de Intel. Otros se preguntan si tiene sentido destinar dinero de los contribuyentes a corporaciones extranjeras. Lo cierto es que los chips son hoy el cimiento de la economía mundial, y Washington no quiere quedarse al margen.
1 comentario
¿Para qué meter plata en Samsung y TSMC si ni son de EEUU? Micron ya está ganando a lo loco